Guaro Mirón | LA PRENSA.- Visitando a mis comunidades del oeste de la ciudad, me informaron sobre un simoncito que no terminaron de construir y la falta de mantenimiento esta pasando factura en la pequeña estructura.
El cercado del centro educativo quedo mocho porque solo levantaron media pared, sin instalar la malla de alfajol. Unicamente funcionan dos aulas y las maestras deben trabajar con las uñas para mantener de pie la institución, sobre todo buscando apoyo en los representantes para el mantenimiento de los alrededores, ya que el monte crece a paso acelerado y un día de estos terminarán asfixiados con tanto matorral.
Me cuentan las vecinas de la comunidad que ni siquiera la cocina quedo lista, por eso se apoyan en una de las madres para cocinar en su casa y así poder alimentar a los pequeñines.
Las solicitudes para mejorar el centro educativo parece no hacerle ni coquito a las autoridades, porque ni las narices asoman para atender y escuchar las necesidades que demanda el pueblo.
A raíz que la obra fue aprobada por Corpolara, quisiera hacerle un llamado especial a mi pana Luis Jonás Reyes para queAño tome en cuenta culminar el simoncito y así ayudar con la formación académica de los niños.