Rosalinda Peñaranda | LA PRENSA.- Docentes de la Unidad Educativa Estadal Juan Manuel Aldao, ubicada en el sector San Francisco, trabajan con las uñas, denuncian poca atención por parte del Estado y casi nula dotación de materiales para trabajar.
A los niños les encantan andar corretiando por toda la institución, sin embargo las maestras están muy atentas hacia donde se dirigen y les restringen el paso hacia algunas áreas, tomando en cuenta que hay mucho monte, de donde les puede salir cualquier animal y picar, entre otros peligros de infraestructura, así como también el tema de la inseguridad. Entre toda la población estudiantil que comprende desde el primer nivel de preescolar hasta sexto grado de básica, hay un total de 530 niños, entre el turno de la tarde y el de la mañana.
La institución cuenta con un comedor, en el cual se han registrado varios robos, dejando a los niños sin comida y obligando a las docentes a despacharlos más temprano a sus hogares.
Los infantes comentan que cuando no hay suficiente comida le dan crema de arroz, otras veces sólo ven servido en su plato, arroz puro, y cuando están de suerte, pueden llegar a recibir su vaso de jugo. Cada niño debe llevar su taza y sus cubiertos, así como su vaso, por si corren con suerte, pues en el comedor no cuentan con estos utensilios. Las instalaciones de la institución están descuidadas, la cerca perimetral necesita ser reconstruida o remodelada, algunas partes se han venido abajo, generando así mayor inseguridad e incertidumbre entre el personal que labora en el plantel.
Los alrededores están full de monte, en el pasado mes de abril, la señora Maritza Giménez, residente del sector, mato una culebra, que media un metro aproximadamente, cual estaba entre la maleza, cerca de la cancha en donde hacen deporte los pequeños.
Los docentes y personal obrero de la institución hacen un llamado al gobernador Henri Falcón para que atienda las necesidades que presenta la escuela, y así entonces, poder llevar a cabo su labor, bajo las condiciones adecuadas, que aseguren la integridad del personal, como la de los niños que hacen vida en la escuela.