Guaro Mirón | LA PRENSA DE LARA.- ¡Ah mundo! No se imaginan el dolor que siento al recorrer las calles de mi bello estado Lara. Si bien hay plan «Tapa Huecos» que ha impulsado el gobierno municipal en algunas zonas de la capital, son muchos los puntos de Barquisimeto que todavía piden a gritos un cariñito.
En cada uno de los rincones de la tierra crepuscular, la nostalgia se apodera de mí al ver cómo en los rincones que reunían a mis paisanos se deterioran con el pasar de los días.
En uno de los paseítos que me lanzo por la calle 34 con carreras 32 y 33, pude ver lo que ha podido ser el causante de unas cuantas tragedias.
¡Ay mamá! De sólo acordarme se me paran los pelos por el rolo de susto que me terminé llevando.
Resulta que por poco, el carro en el que iba casi, casi cae en la tronera que ha dejado una tapa de alcantarilla que se dañó hace dos años y todavía sigue esperando por las respuestas de los entes competentes para que la reemplacen.
Vecinos del sector que me vieron se acercaron para decirme que la situación es peor los días sábados, y es que cuando uno que otro borrachito viene de echarse los palos, termina «metiendo la pata» en el hueco.
«Hace unos meses venía un muchacho en una moto con una niña y no se percató del hueco. La moto se terminó partiendo en dos y la pobre niña fue la que se vio más golpeada y con raspones», me comentó el señor Elvis Ordóñez.
¡Sie! Francamente no sé cuándo será el día en que las autoridades de Lara se pongan la mano en el corazón y aprieten las medidas para reparar todas y cada una de las fallas en las vías, que lo único que hacen es ponernos en peligro a nosotros mismos.