Guaro Mirón | LA PRENSA de Lara.- Como un cráter conseguí la calle 56 con 22 y 22A del Obelisco. Los muchachos se llenan los pies de tierra y el polvorín que levantan los carros al pasar es insoportable.
Supe que la tronera ya va a cumplir 30 años y nada que la arreglan, ya mi gente está cansada del peligro que corren porque los conductores se montan en las aceras para evitar caer en el hueco.
Mis amigos choferes dejan los cauchos «pegaos» y comprar unos nuevos no está nada fácil. Hasta cuándo tantos huecos en la calle, alcalde; el pueblo espera por usted y por la operación tapa hueco.