Ednelly Evíes | La Prensa.- Ventas improvisadas de verduras, hortalizas y frutas, a precios solidarios, salvan la patria a vecinos de las comunidades ubicadas al oeste de Barquisimeto. Desde que inició el año 2016 se ha visto una acelerada proliferación de personas que arman sus pequeñas fruteras como una manera de autoayudarse y contruibuir con los vecinos.
A la mayoría les resulta comprar al mayor las verduras, hortalizas, frutas, granos, huevos y queso, para adquirir el de su consumo a un precio más bajo y el resto venderlo al detal y ganarse unos churupitos demás. Así es la historia de la familia Villegas, cuyos miembros residen en Ruiz Pineda I.
Los pequeños comerciantes comentan que ante la escasez de la harina se vieron en la necesidad de comprar el saco de maíz pilao para su propio uso, en vista de que les rendió bastante, comenzaron a vender la masa.
La venta se fue incrementando poco a poco hasta que ya son un punto fijo de venta de masa de maíz pilao en el barrio. Además de económica es la mejor, dicen los vecinos.
“Comenzamos con la venta de masa y poco a poco fuimos incluyendo granos como quinchonchos, frijoles y hasta pollo por kilo”, expresa María Villegas, una de las vendedoras, quien destaca que la clave que mantiene el pequeño negocio es que se vende a precios más baratos que en cualquier otro lugar. “Tratamos de ganarle lo más mínimo, la idea es ayudarnos nosotros y contruibuir con los vecinos”, dijo.
Con este mismo propósito comenzó Carlos Figueroa su pequeña frutera que instaló con puros tarantines en la avenida Los Horcones, adyacente a la comunidad La Bastida.
Desde hace tres semanas montó su tarantín en donde ofrece yuca, papa, tomate, aguacate, plátano y cambur a precios más bajos que en las grandes fruteras.
Asegura que ha sido un buen punto. “Me compra la gente de las comunidades adyacentes y las personas que transitan por la avenida y aprovecho de abastecer a mi familia”, cuenta.