Luis González | LA PRENSA.- Los torneos y actividades deportivas en la comunidad de La Ruezga Norte quedaron en el pasado debido al deterioro en los espacios deportivos. Aros oxidados, sin iluminación, cercado dañada y el piso desnivelado, es el estado actual de la cancha la cual se ha quedado sola por el deterioro y la inseguridad en horas de la noche.
“Las condiciones de la cancha no están aptas para llevar a cabo torneos ni nada parecido, hace más de 5 años se hacía pero ahora sólo queda como espacio de práctica libre”, denuncia Brayan Cordero, habitante del sector.
El espacio deportivo se mantenía en buenas condiciones gracias a la colaboración de la comunidad pero dicho acuerdo se terminó hace cinco años debido al alto costo de los materiales y la apatía por parte de la mayoría.
“Durante el día no podemos jugar porque parece que el sol va a derretir el piso y por la tarde sólo se puede durante unas dos horas hasta que cae la noche porque después no se ve nada porque no funcionan las iluminarias”, reclama Elpideo Crespo, vecino del sector.
El mal estado de la cacha no sólo afecta a los habitantes de la comunidad sino también a los estudiantes de la unidad educativa Juan Tamaño Rodríguez debido a que no cuentan con instalaciones deportivas adecuadas para realizar sus actividades deportivas por lo cual se trasladan hasta el otro lado de la calle para utilizar la cancha pero la misma se encuentra en estado de deterioro en la actualidad.
“Ellos si tienen espacios deportivo pero el piso es de asfalto, imagínense a los niños en pleno día haciendo ejercicio bajo el sol y el asfalto caliente como una plancha”, continua Crespo. Niños de la institución y de la comunidad se quedaron sin espacios de esparcimiento y hasta la fecha ningún ente gubernamental se ha acercado hasta el sector planificar una posible rehabilitación.
Inseguridad
En los costados de la cancha se aprecian huecos en la cerca producto de la inseguridad en la zona, vecinos relatan que por las noches los antisociales fueron acabando con el espacio deportivo llevándose el cableado eléctrico las bombillas y dejando la estructura como el escenario después de un saqueo.
“Toda esta zona siempre ha sido insegura, después de las 6 de la tarde las personas que vienen de sus trabajos casi tienen que correr para llegar a sus casas porque esto se convierte en un toque de queda, todo el que ande de noche por la calle lo roban sin importar si es del sector o no”, denuncia Rosa María Guédez quien se desempeña como comerciante en la comunidad.