Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- «Tú llegas con un dolor de muela y con el mismo dolor tendrás que irte». De esa manera, las enfermeras del ambulatorio Dra. Laura Labellarte, ubicado en la calle seis del barrio Santos Luzardo, al oeste de Barquisimeto, resumen las condiciones en las que se encuentra ese centro de salud que atraviesa no sólo la escasez de medicinas e insumos, sino también el déficit de personal que reduce su operatividad a un 10 %.
Habitantes de Santos Luzardo, Barrio Lindo, Los Cardenales, Los Luises y El Alambique solían acudir a este ambulatorio que ofrecía consultas en distintas especialidades. Las más solicitadas eran odontología, medicina general, cardiología, pediatría y ginecología. Sin embargo, las precarias condiciones en las que se encuentra obligó a estos pacientes a migrar a otros centros de salud.
Fuentes internas revelaron que nada queda de aquel ambulatorio que fue fundado el 13 de junio de 1991. Y es que hoy por hoy en el área de emergencia deben trabajar con las uñas y se limitan a tomar la tensión y a ofrecer primeros auxilios, pues sólo cuentan con un tensiómetro y un nebulizador que fueron donados por particulares al centro de salud.
Revelan que en lo que va de año no han recibido dotación de insumos médicos, lo cual les resulta algo alarmante, pues hay personas que no tienen la posibilidad de acudir a hospitales más grandes, como el Antonio María Pineda o el Seguro Pastor Oropeza.
«Un niño llega con vómitos y no podemos hacer nada porque ni siquiera hay agujas mariposas», expone uno de los trabajadores de la emergencia, quien advierte que ya ni siquiera pueden salvar la vida a un paciente, pues el equipo de reanimación cardiopulmonar se deterioró y no fue sustituido. Además la bombona de oxígeno tiene más de dos años sin ser recargada, una falla que las enfermeras consideran fatal, tomando en cuenta que un paciente con sospecha de covid puede requerir conexión a oxígeno.
En un rincón de uno de los consultorios se observa una máquina de ecografía. Se ve arrumada y llena de polvo. Con tristeza, el personal del centro de salud admite que está allí porque el ambulatorio no cuenta con especialista en el área de ginecobstetricia. Aunque funcionaba a la perfección cuando quedaron sin médicos hace meses, advierten que ahora desconocen si sigue operativa.
Personal reducido
A la escasez de medicinas, insumos y equipos médicos se suma que el ambulatorio registra un déficit de personal sin precedentes. De hecho, en emergencia sólo hay un médico y una enfermera por turno.
Si bien hay una especialista en medicina general que recibe pacientes de lunes a viernes en horas de la mañana, las consultas se ven limitadas pues no poseen guantes ni tapabocas.
Sin quirófanos
Por nueve años, el ambulatorio tuvo un área de cirugía donde atendían casos de hernias, esterilizaciones y partos. No obstante, para el año 2000 los pabellones quedaron inactivos por falta de inversión, motivo por el cual Luis Reyes Reyes, en su período como gobernador de Lara, ordenó su remodelación.
Aunque todo marchaba bien en un inicio, la obra quedó inconclusa y sin esperanzas de verse consolidada, por lo que exhortan a que sea retomada para el beneficio de la comunidad.
Otro de los problemas que atraviesa este centro de salud es el deterioro en la infraestructura. La oscuridad que cubre los pasillos deja ver a los visitantes la falta de inversión de parte de las autoridades regionales. Son contadas las áreas que cuentan con luz, por lo que los médicos han tenido que recurrir a un pequeño bombillo recargable que les ilumine para socorrer a las personas que busquen atención médica.
La penumbra es tanta, que dejó el área de hospitalización pediátrica en completa inoperatividad.
Los pacientes no pueden siquiera ir al baño. La única poceta que está funcionando no posee la tapa que les permita sentarse con comodidad. Pero en ocasiones, ese único inodoro a veces es clausurado porque el ambulatorio no recibe agua potable con regularidad, lo cual además impide la limpieza de todo el recinto de salud y cumplir con una de las medidas primordiales contra el covid, como es el lavado frecuente de manos.
Y por si fuera poco, los amigos de lo ajeno dejaron al centro de salud sin aire acondicionado y además desvalijaron la ambulancia que terminó siendo llevada hasta Sanidad en situación de resguardo.
En materia de papelería, el ambulatorio también está en crisis. El control de pacientes, suministro de medicamentos y cambios de guardia lo llevan en cuadernos que las mismas enfermeras solicitan como donativo.