Víctor A. Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Como buen hijo regresó Guilder Rodríguez al estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, pero esta vez para cumplir un rol distinto al que tuvo durante 11 temporadas cuando era jugador de los Cardenales de Lara, ahora será el coach de tercera base y el día de ayer se reportó a los entrenamientos de pretemporada.
El exutility de los «pájaros rojos«, aseguró que durante los siete años desde que se retiró como pelotero nunca perdió contacto con la organización.
«Por motivos personales no había podido venir al país, tuve que venir por la situación de mi padre (que falleció recientemente), ya pasó lo que sucedió, bien contento de estar aquí, la casa en la que jugué por 16 años (11 como profesional). Fue una decisión de familia, mi padre antes de fallecer me dijo que me quería ver uniformado nuevamente, fue un hombre muy apasionado por el béisbol«, manifestó Rodríguez.
Guilder fue un jugador bien agresivo en el corrido de las bases, era un jugador con piernas rápidas, ahora tendrá la responsabilidad de guiar a los corredores.
«Es otro rol, ahora tratar de poner esa energía que tenía de jugador ahora como coach, pero al final del día son los muchachos los del show. Cuando eres coach de tercera, tu rol es tomar decisiones de guiar, parar un corredor», destacó.
Rodríguez, quien dejó promedio vitalicio de .264 como jugador, contó varias anécdotas y recuerdos de cuando era pelotero, tantas vivencias con el equipo que se le vinieron a la mente al momento de pisar nuevamente el «nido«.
«El primer día que llegué, conseguí a un Oswald Peraza que es una leyenda aquí como jugador y como coach, conseguí a un Néstor Molina, un Gorkys Hernández que jugamos liga paralela en el año 2001, un Raúl Rivero, fue el primer pelotero que vi en el club house, le dije ‘Raúl, todavía estás allí batallando’, es algo de admirar. Me retiré hace siete años y ellos están allí todavía», destacó.
Luz los sabotea
El primer entrenamiento de esta pretemporada en horario vespertino fue saboteado por un corte de electricidad y no pudieron completar lo planteado.
Al momento que Cardenales se disponía a realizar un partido interescuadras, a eso de las 6:35 de la tarde, el estadio se quedó sin luz y no pudieron continuar.