Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- La pandemia ha dejado como resultado dos grandes problemas para el país: la paralización de empresas no priorizadas para el Gobierno por más de siete meses durante el 2020 y que este año han arrastrado las secuelas de las pérdidas económicas ocasionadas por la cuarentena, y la proliferación de ventas de licor adulterado y de contrabando que se comercializan en Venezuela sin ningún control.
Así lo informó Luis Enrique Cárdenas, presidente de la Cámara de la Industria Venezolana de Especies Alcohólicas (Civea). Sostiene que de cada cinco litros de bebidas alcohólicas que se comercializan en la nación, al menos tres son sustancias ilegales que atentan contra la salud de los ciudadanos.
Afirmó que desde 2017 a la fecha, 63 personas en Venezuela han muerto por ingerir bebidas alcohólicas que son fabricadas de manera artesanal, con sustancias nocivas para las personas, o que son imitaciones de marcas reconocidas utilizando las mismas botellas y etiquetas, pero el líquido es de menor grado y mezclado con agua y hasta detergente. El 70% de las víctimas fatales han sido hombres y el 30% mujeres. En la mayoría de los casos, son personas jóvenes cuya edad promedio oscila en 38 años.
Desde Civea también contabilizan unas 300 personas a nivel nacional desde 2017 hasta 2021, quienes han sido envenenadas con estas bebidas espirituosas y hoy deben vivir con daños graves en su organismo. La mayoría de los afectados se ubica en la región capital, siendo el estado Aragua el que registra el 38% de los fallecimientos. En Caracas está el 13% . En la región centroccidental, Lara se ubica en el tercer lugar, 10% de víctimas fatales se han registrado, seguido por Portuguesa donde está el 6% de los casos, el 33% restante se registró en los estados del oriente, según estadísticas de Civea.
«Esas bebidas las mezclan con alcohol absoluto que es para preparar medicamentos, alcohol de alta pureza que es excipiente de medicamentos y cosméticos, urea que es un fertilizante, metanol que es un anticongelante, formol que es antiséptico, desinfectante y conservante, alcohol isopropílico que es desinfectante y limpiador, gramoxone que es herbicida, gasolina. Utilizan estas sustancias para simular, colores, aromas, sabores, texturas y así logran defraudar a los consumidores», explicó Cárdenas.
Secuelas graves
La médico internista, doctora Luzmila Leal, manifestó que aunque este año no se han registrado muertes en el estado por ingesta de bebidas adulteradas, hay una población que ya tiene las secuelas de consumir alto grado de alcohol sin tener un registro de control sanitario.
«Ese tipo de sustancias puede conducir a la muerte, y quienes han sido intoxicados, pero logran salvar sus vidas pueden llegar a tener daños neurológicos y hasta hepáticos e incluso presentar irritación en la mucosa gástrica y producir una gastritis», apuntó Leal, quien también es coordinadora de Médicos Unidos en Lara.
«De acuerdo al seguimiento de los casos, tenemos información que por cada fatalidad que se ha contabilizado en el país, hay en promedio cinco personas más intoxicadas», puntualizó Luis Cárdenas.
Más contrabando
El consumo de bebidas ilegales, también se da a través del contrabando de bebidas destiladas, como vino, whisky, ginebra, ron, vodka y cervezas de marcas alemanas, mexicanas y estadounidenses que han ingresado a Venezuela y son comercializadas hasta en negocios formalmente constituidos, como los bodegones, restaurantes y abastos ante la mirada complaciente de la municipalidad y de las instituciones del Estado venezolano.
«Cualquier bebida que no tenga una etiqueta en idioma castellano, o si la tiene que no tenga señalado el registro sanitario venezolano, el registro de calidad, ingresó al país por vías del contrabando. Aunque el Gobierno haya exonerado este año a casi 600 productos de los aranceles de importación y de impuestos como el IVA, las bebidas alcohólicas son las únicas que no han sido exoneradas, no tienen este tipo de permisos, por eso las autoridades tributarias deben perseguir este delito que atenta contra la producción nacional», manifestó el presidente de Civea.
Tanto las sustancias que son imitación, adulteradas o contrabandeadas llegan a ser 80% más baratas que las bebidas de fabricación nacional y que cumplen con todas las exigencias sanitarias y pagan impuestos nacionales, estatales y municipales.
Enfatizó que durante la pandemia se ha incrementado la venta de bebidas ilegales hasta en las redes sociales, violando la normativa legal vigente que establece que la publicidad de bebidas alcohólicas debe hacerse en un horario específico y bajo la vigilancia del Ministerio de Comunicación y de Salud.
«El consumo de este alcohol ilegal se duplicó en pandemia. En el año 2019, uno de cada tres litros de alcohol en Venezuela era ilegal. Con la cuarentena, tantos los restaurantes, bares, club nocturnos, cualquier comercio que implicaba la aglomeración de personas quedaron restringidos por 7 meses en 2020. En ese período el sector formal se redujo un 45%. Luego del sector turismo, la industria de licores y los comercios de expendio de alcohol fueron los más afectados. «El comercio electrónico de bebidas alcohólicas no tiene horario, no es censurado para niños y los mensajes transmitidos llegan a ser hasta degradantes», exclamó.
Ventas en rojo
Luis Enrique Cárdenas, presidente de Civea, informó que si se compara el consumo de alcohol que ha tenido Venezuela este año con 2019, cuando laboraron continuamente, han registrado una caída de las ventas del 70%.
«El sector estuvo desde marzo hasta octubre 2020 sin laborar. En ese tiempo nosotros insistimos al Gobierno que el decreto no impedía la comercialización de alcohol por delivery o el servicio de pick out, que es llevar el producto hasta las casas». Ahora ¿qué pasa con el consumo?, la OMS señala que el consumo legal en Venezuela es menos de dos litros per cápita, y el consumo ilegal está alrededor de los 3 litros por persona al año. Si comparamos esa cifra con las estadísticas internacionales, el mundo está consumiendo 6 litros, pero el 75% es legal. O sea que Venezuela está consumiendo la mitad de lo que consume el mundo«, comunicó.
Resaltó que a los productores de licor e importadores legales les toca pagar una carga tributaria muy alta. «Un producto ilegal puede ser hasta 80% más económico que un producto legal es porque, por ejemplo, un destilado antes de salir de la planta tiene que pagar 50% de impuestos por ser una bebida alcohólica. Tiene que pagar el IVA y el impuesto del alcohol que es 16%. Además de eso, tenemos impuestos municipales que en algunas jurisdicciones llegan a cobrar hasta el 7% del ingreso bruto de una industria. Los importados legales pagan un arancel del 20%», comunicó.
El sector de fabricación de licores también registra el retraso de algunos permisos, como la entrega de la banda fiscal que debe hacer el Seniat.
Adicción en jóvenes de dispara& ;
El director del Proyecto Juvenil Misionero, al servicio de la Arquidiócesis de Barquisimeto (Projumi), Gerardo Pastrán, indicó que el 50% de las personas que consumen licor en Lara y que caen en la adicción son adolescentes que oscilan en edades de 14 a 16 años, siendo las féminas el sector de la población que más recurre a solicitar asesoría psicológica y terapia de psiquiatría.
«Aunque el alcohol es una droga lícita, es una droga al fin y al cabo. En Projumi recibimos casos de jóvenes intoxicados con bebidas artesanales que antes se vendían en la clandestinidad, y ahora se comercializan a plena luz del día. Este año, las consultas han aumentado 4%. De cada 15 pacientes que buscan ayuda para desintoxicarse de drogas lícitas, 7 son mujeres que comienzan a ingerir esta sustancia desde los 14 años», enfatizó.
Sostiene que un joven que comience a beber alcohol desde la adolescencia de manera recurrente, cuando llega a los 25 años puede presentar problemas neurológicos, son retraídos, les cuesta retener la información y hablar con fluidez.
Licorerías formales muy golpeadas en Venezuela
Losaina Lucena, presidenta de la Federación Venezolana de Licoreros y Afines, informó que las licorerías al igual que las industrias de licores permanecieron siete meses sin poder laborar, resultando más afectados los pequeños comerciantes que perdieron materia prima, porque varias de las bebidas tenían fecha de vencimiento, descapitalizándose.
«Esta restricción más el esquema siete más siete obligó a los comerciantes de expendio de licor formales a diversificarse para poder laborar, y comenzaron a vender víveres, productos de limpieza en sus locales, cambiando su actividad económica principal para poder seguir pagando sueldos», comunicó.
Agregó que en zonas como Puerto Cabello, en el estado Carabobo, el 15% de las licorerías cerraron este año porque no pudieron aguantar la crisis económica del país. Esta estadística se replica en las zonas más pobladas de Venezuela.
«Este año volver a abrir sin una garantía que se podía trabajar continuamente fue muy difícil. Los dueños de licorerías han tenido que hacer de tripas corazón para mantener sus negocios activos, pagando impuestos municipales y al Estado venezolano, pero a pesar de eso las ventas han caído un 45% este año», expresó.
Sostiene que la proliferación de venta ilegal de licor también los ha afectado, porque estos comercios se dan hasta en algunas viviendas, o en locales que incurren en evasión fiscal.
«Tenemos la expectativa de que los meses de noviembre y diciembre sean flexibles en la mayoría del país. Hay zonas que están más recuperadas que otras, por ejemplo, las licorerías de Chichiriviche se han reactivado por la cantidad de turistas de estados, como Lara que están llegando cada semana en paquetes de viajes turísticos planificados por emprendedores», comentó.
Ron y Cocuy& ;
Bebidas artesanales, como el ron y el cocuy que no es procesado con el agave del cocuy, sino que es una mezcla de aguardiente y melaza son las que más casos de intoxicación han registrado en el país.
«Desde Projumi hemos exhortado al Gobierno y a instituciones públicas que controlen la venta de bebidas alcohólicas ilegales, porque a la vuelta de unos años vamos a tener una nación alcoholizada. Es la misma advertencia que le dijimos a la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), con otra droga lícita, el chimó. Hoy de cada 10 consumidores de chimó, cuatro han pasado a consumir otro tipo de sustancia adictiva más fuerte», soltó Gerardo Pastrán, director de Projumi.
Dijo que los adolescentes caen en la adicción de alcohol ilegal por rechazo social y ocio.