AP | LA PRENSA DE LARA.- Un cura venezolano al frente de una parroquia de Buenos Aires que había desaparecido a principios de junio en medio de versiones sobre una presunta deuda reapareció este miércoles en un video en el cual denunció a un obispo y a parte de la comunidad católica por discriminación.
El sacerdote Luodovis Enrique Navarro León, que estaba a cargo de la parroquia Nuestra Señ;ora del Rosario de la localidad de Maipú –a unos 270 kilómetros al sur de la capital argentina— explicó en un video al parecer grabado en Venezuela que abandonó su cargo tras supuestamente sufrir discriminación y xenofobia. Apuntó contra el obispo de Chascomús, monseñ;or Carlos Humberto Malfa, de quien depende la parroquia, y contra un grupo de fieles a los que calificó de «secta con poder adquisitivo».
«Estoy bien junto a mi familia. Expreso mis disculpas a todo el pueblo de Maipú por no haberme despedido, siento tristeza inmensa por no haber podido seguir con mi trabajo pastoral», afirmó el sacerdote en el inicio de su descargo de 15 minutos de duración. «Todo este problema empieza cuando quiero disolver a este grupo de poder económico que quería pasar por encima de un sacerdote y que querían hacer lo que querían. Y empezaron el amedrentamiento, la difamación, amenazas para mí y mi familia».
Navarro León había desaparecido del pueblo junto a dos sobrinos hace una semana. Tras varios días de desconcierto, el obispo Malfa emitió el domingo un comunicado en el cual atribuyó la partida del religioso a una disputa económica con «una respetable persona de la comunidad» por la compra de un vehículo.
Malfa aseveró que había intentado mediar en el asunto, pero que «lamentablemente el sacerdote incumplió el acuerdo». Según la versión del cura venezolano, la acusación es infundada. «El dinero que utilicé para la compra del vehículo fue un regalo personal. No se firmó ningún papel ni contrato, era un regalo. Me distorsionaron, fue un regalo, no un préstamo. Me difamaron diciendo que yo era un delincuente», sostuvo.
Luego apuntó contra «un grupo reducido de la iglesia de Maipú que insiste en no permitir el ingreso de aquellas personas que usan piercing (práctica de perforado del cuerpo para colocarse aros u otros objetos), que se tatúan, que no reúnen las condiciones o no son dignos de estar en la parroquia. Tampoco a la comunidad LGBT».
Estas personas, a las que no quiso identificar, «me llamaron ‘venezolano muerto de hambre’, ‘maldito venezolano’, ‘regresa a tu país’, ‘ustedes los venezolanos andan brincando de frontera a frontera'», detalló. «Se lo comenté al obispo, no hubo respuesta ni apoyo».
El obispado de Chascomús declinó hacer comentarios sobre la versión del sacerdote Navarro León.
Hasta el momento la justicia local no ha intervenido en el caso, ya que no hubo denuncia.