Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- El aseo circula en dos piernas. Vecinos de la comunidad Ciudad Bendita, al oeste de Barquisimeto, relatan sentirse en completo olvido por parte del camión que recolecta los desechos. Afirman no recordar cuándo fue la última vez que pudieron dejar las bolsas de basura frente a sus casas a la espera de que el camión pasara.
Como una solución a la problemática, un vecino de la zona, José Brito, comenzó a ofrecer el servicio que ya es inexistente para los habitantes de la zona, y a sus 75 años vio la situación como una oportunidad para poder trabajar y acceder a los alimentos.
«Vivo solo, con la bendición de Dios y no recibo ayuda de nadie», dice el hombre que a pesar de su avanzada edad continúa en las calles trabajando duro botando los desechos de sus vecinos.
Las gotas de sudor corren por su rostro y sus manos se han tornado ásperas al tener que sobrellevar el peso de la carretilla que lo acompaña. No hay un día en el cual no salga a recorrer las calles en busca de algún habitante que requiera de sus servicios.
El señor José asegura ser fundador del sector que fue inaugurado hace más de 11 años, por tal motivo conoce a cada una de las cerca de 3 mil familias que allí residen.
En total, la comunidad se encuentra conformada por cuatro sectores que la convierten en una de las más grandes de Barquisimeto.
«El camina mucho, y nosotros como podemos lo ayudamos. Lo que cobra es algún producto de la canasta básica para poder comer», comenta la señora Cheila Pineda.
Luego de recolectar cada uno de los desechos, el señor José los traslada hasta la avenida principal del Garabatal, donde sí pasa el camión y se lleva las bolsas que allí se van acumulando.
«Hay quienes no tienen para colaborarle al señor y les toca echarse a pie todo el trayecto con las bolsas en las manos, pero la verdad es que hace falta que el camión vuelva a pasar porque es un trabajo duro, sobre todo para quienes se encuentran retirados de la avenida», contó por su parte el señor Moisés Rangel.
Piden ayuda
Si bien la comunidad coincide en que afortunadamente el consejo comunal del sector ha desempeñado una buena gestión al ofrecer beneficios y garantizar mensualmente la venta de gas doméstico y las bolsas de comida, hay ciertos aspectos que consideran prudente denunciar.
Tal es el caso de la falta de viviendas y del servicio eléctrico, pues desde la fundación del sector han tenido que establecer tomas ilegales de los sectores aledaños.
Igualmente, la mayoría de los hogares son ranchitos que han sido construidos por las propias manos de sus habitantes, por lo que demandan aunque sea algunos materiales para edificar un techo digno.