Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La embarazada está más expuesta a ser asintomática al covid-19 y terminar en complicaciones como trombosis, alteración de la hipertensión e incluso la muerte a pocos días del parto. Expertos lamentan que el 79% de gestantes no se ha vacunado, según la estimación en enero de 2022 en Lara. Una cifra tan alarmante, que de 1.000 registran 785 que no están inmunizadas por temor a los biológicos y dejarse llevar por errados comentarios. La relación más cruda, es que a 39 jornadas de vacunación apenas asistieron tres embarazadas, ignorando que en 2021 se tuvo el incremento de 20% de mortalidad materna por este virus, según datos oficiales.
Fallas en el control prenatal y la desconfianza por la vacunación anticovid es una combinación que puede sentenciar a graves complicaciones por este virus sistemático inflamatorio, unido a la naturaleza del proceso del embarazo y vulnerabilidad de la mujer, impidiendo un desenlace satisfactorio en esta etapa inicial de la maternidad. Se trata de mujeres residenciadas en zonas urbanas, con más acceso a la información de las redes sociales que pueden contribuir a sembrar dudas sobre la «posible incubación del virus en el bebé y riesgos en el embarazo«. El seguimiento oficial, sin precisar datos exactos, ubica al municipio Iribarren como el más afectado en esta apatía, que ignora la importancia de la protección frente a un virus tan cambiante. Ni es suficiente una primera vacuna, porque se debe cumplir con el esquema vacunal completo junto a los refuerzos.
Es un acto de voluntad propia y de responsabilidad, por considerarse a partir de las 14 semanas de embarazo, momento en que el feto está formado y empieza el desarrollo de los órganos. Además que va reafirmado con la recomendación del ginecobstetra tratante y con la debida espera, en caso de presentar alguna afección o estar bajo la administración de algún tratamiento.
«La embarazada debería tener la inmunización como prioridad y no caer en esas campañas de antivacunas, cuando por seguridad deberían tener el esquema vacunal completo», señala Javier Cabrera, director regional de salud, al lamentar ese promedio de enero de 2022 en la maternidad, con 785 sin inmunizar de mil gestantes. Recalca que registraron el aumento del 20% de la mortalidad materna en la entidad, en comparación con el primer año de pandemia y sin especificar la cantidad exacta de víctimas.
Para las embarazadas se les garantiza el biológico chino Sinopharm y confirma que de acuerdo al diagnóstico se les indica los anticoagulantes, para evitar daños graves por coagulación intravascular diseminada, que deja la sangre más espesa y puede ocasionar hemorragias. También está el riesgo del incremento de la hipertensión, con pacientes más vulnerables a sufrir de preeclampsia.
Edson Hernández, titular de la Comisión Científica de Covid en Lara, también refiere que de 39 jornadas de vacunación, apenas atendieron a tres embarazadas y fueron referidas por los médicos tratantes. «Se corre la información equivocada y las pocas que asisten, lo hacen por presión», admite mientras no se toma en cuenta la necesidad de la protección con anticuerpos, los cuales son transmitidos al bebé.
No es suficiente contar con una sola dosis, porque no se alcanzarían suficientes anticuerpos. Un dato que se repite entre un grupo de gestantes consultadas por La Prensa, tal como María Valera, a sus 22 semanas de gestación, quien admite que se aplicó la primera dosis de la Sinopharm y con cierta reserva. «Ya me corresponde la segunda dosis, pero debo esperar terminar el tratamiento con antibióticos», explica de esa dosis que viene rodando desde octubre de 2021 y aún no termina de completar el esquema de protección.
Sonríe y reconoce los riesgos de contagiarse de covid-19, pero al indagar si reconoce los verdaderos riesgos, titubea acerca de lo vulnerable que puede estar su organismo durante el embarazo. Sólo se acoge a la cautela, para no confiarse a un cuadro gripal, escondiendo una afección asintomática que pueda seguir avanzando y manifestarse en trombosis o preeclampsia.
Acudir a la prevención es el recordatorio de especialistas que siguen insistiendo en la inmunización a las embarazadas, blindando la vida de madre e hijo.
Pueden llegar a ser casos graves
El organismo de la gestante puede ser un atractivo para el coronavirus, según el infectólogo, Antonio Mata González el estimado es que 60 por ciento de las embarazadas requieren de hospitalización y los casos graves en 5% para la atención en cuidados intensivos. El desenlace es impredecible durante esos primeros días posparto, siendo el período de puerperio con afección por coagulación intravascular diseminada y demás complicaciones.
Cuando se tiene la incidencia de la hipertensión, se está muy cerca del estado de preeclampsia. Mientras aquellas pacientes asmáticas figuran en la probabilidad de la insuficiencia respiratoria y demás afecciones como cardiopatía o consecuencias por la obesidad, en esas gestantes que llegan a exagerar su peso durante este período.
«Se tiene un choque entre covid-19 hiperinflamatorio y trombótico, lo cual también sucede en el embarazo», explica el ginecobstetra, Carlos Cabrera, de las tres fases en estos cambios que empiezan en el proceso inflamatorio para la adaptación para soportar otro ser, luego se acentúa y finaliza hiperinflamatorio al finalizar con el posparto. «Claro que tienen más riesgos de agravar, requiriendo cuidados intensivos y llegar a morir», lamenta de una realidad que puede ser inadvertida.
Recalca que no está establecido con precisión la amenaza por transmisión vertical, por la infección en la placenta y cordón umbilical. El problema suele ser trombótico y que la paciente pueda agravar confundiéndose el proceso de preeclampsia.
Son casos tan relativos, así como la naturaleza cambiante del covid-19 y que dependerán de la clínica de cada paciente. El seguimiento con la hospitalización es lo más pertinente y con más razón entre gestantes que apenas tengan una sola dosis o ni siquiera comenzaron el esquema de inmunización, para la debida administración de anticoagulantes sin repercusión en el feto. Todo con la estricta vigilancia médica.
Los especialistas no se cansan de insistir en la obligatoriedad de la inmunización en embarazadas, pero debe ser por voluntad propia y entendiendo las consecuencias que se corren sin este tipo de protección frente al covid-19.
Acuden al acto de conciencia& ;
Sensibilizar sobre lo indispensable de la vacunación es un llamado de los expertos, para que las embarazadas se documenten con información precisa acerca de la gravedad que implica infectarse de covid-19 y sin tener la mínima protección con la vacuna. Una batalla entre la lógica, para desmontar tantos rumores por redes sociales o comentarios de allegados sin fundamento científico.
Según Edson Hernández, desde la Comisión Científica, no se debe caer en esa voz que se corre con intención antivacuna ni ignorar la puntualidad en control prenatal. «Así como se cumple con el protocolo vitamínico de hierro y calcio para la mejor formación del bebé; se debe considerar la necesidad de la vacuna», recalca.
Los expertos destacan que no hay excusas para dicha falta, cuando se tienen centros de vacunación fijos e itinerantes que pueden ser farmacias. La disposición más segura es del biológico Sinopharm, por ser más práctica para el traslado. El nivel de conservación de la rusa Sputnik V es tan complejo, teniéndose sólo en centros principales.
Madre e hijo quedan expuestos
Sin entrar en la desesperación. Es la advertencia del ginecobstetra, Carlos Cabrera, cuando se está en la posibilidad de infección del feto. Descarta esa sentencia de infección por la transmisión vertical, cuando no se tenga la seguridad de la contaminación de la placenta o cordón umbilical.
«Es tan delicado, que se llama a la prudencia y sin el desespero a interrumpir el embarazo», advierte del vuelco entendido de casos graves en cuidados intensivos, donde solamente queda esperar si se sigue incrementando el proceso inflamatorio.
La garantía es proveer de anticuerpos a la madre, los cuales transmitirá a su hijo. De hecho, se han contaminado los niños al momento de la salida, al tener contacto con la cercanía del área rectal e incluso con los residuos de heces de la parturienta.
Esa protección de la madre con la producción de anticuerpos por las vacunas, también es un trecho asegurado en la transmisión de los mismos a través de la lactancia materna. No debe ignorarse porque se trata de la alimentación auténtica y más sana del bebé.
El cuadro es tan complejo, que Edson Hernández, titular de la Comisión Científica covid-19, confirma que han sostenido reuniones con representantes de la Sociedad Venezolana de Ginecobstetricia y Sociedad Venezolana de Pediatría, a fin de estudiar todas las consecuencias del período posparto.
Reitera que los niños sin anticuerpos están más propensos de contraer la infección antes del primer año de vida. El punto es tan delicado que asocian con el covid-19 la incidencia del síndrome de Kawasaki, por ser inflamatorio vascular y al punto de desencadenar la gravedad con infartos en niños.
Con este tipo de cuadros, los expertos recalcan sólo parte de ese universo de probabilidades que exponen a la madre e hijo. Consecuencias extendidas con más probabilidades en ese primer año de vida del bebé que pueden confundirse con otro tipo de afección.
Para el infectólogo, Antonio Mata González, no se debe desestimar la prevención de un protocolo de bioseguridad que tiene gran peso en el efecto de la vacuna. Un salvoconducto que asegura una infección sin llegar a casos graves, cuando la coagulación es extrema y termina en trombosis, junto al disparo de la hipertensión arterial que se confunde con preeclampsia.
La confianza debe tener las bases en información certera y no caer en imprudencia.