María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Lo que empezó como un pequeño hueco ubicado en la avenida Los Leones, al este de Barquisimeto, hasta el día de ayer ya medía aproximadamente cuatro metros de largo por de tres ancho, y al menos metro y medio de profundidad producto de una filtración de tubería de aguas negras, según denuncian vecinos de la zona, quienes temen que se convierta en un «tragacarros» que dé paso a una tragedia.
Desde el viernes pasado se empezó a abrir un hueco en esta principal avenida de la ciudad, específicamente en las adyacencias de Las Trinitarias. Es tan grande que un carro pequeño puede caer y quedar totalmente hundido. Y es que quienes pasan por la vía pueden ver cómo el asfalto se va desprendiendo poco a poco y cada vez que el agua roza las paredes del hueco en la zona externa va cayendo la tierra y se va abriendo aún más.
A simple vista parecía un hueco «normal», según los vecinos del sector, pero de un momento a otro se abrió hasta alcanzar los cuatro metros de largo aproximadamente. «Nosotros vimos que se seguía abriendo porque la filtración de las aguas negras sigue afectando», dijo sorprendido Esteban Castillo, quien pasaba por la zona.
El hombre contó que hay dos soportes de concreto de las tanquillas de las bocas de visita que son las únicas que están sosteniendo cada extremo del hueco, pero en los lados el desprendimiento se hace mayor al no contar con ningún soporte. «El sábado un carro que no se percató de la tronera cayó a medias en el hueco, tuvo que venir una grúa a sacarlo», dijo Castillo, asegurando que no pasó a mayores.
A raíz del hecho, las personas que se encuentran en cola por combustible junto a los vecinos cortaron unas ramas de una mata y las colocaron en los alrededores del hueco, para que quienes pasen en carro, en moto o incluso hasta pie se percaten del daño en la vía y eviten un accidente, pues en las noches es cuando hay mayor peligro ante la falta de alumbrado en ese sector.
«Así está Barquisimeto, producto de las aguas negras», dijo con indignación el señor Édgar Briceño, quien pasaba por la vía. Al igual que él, un sinfín de guaros condenan que un hueco de esa longitud y en plena avenida principal aún no sea atendido por las autoridades regionales y municipales, por lo que exigen pronta atención.