Redacción | LA PRENSA DE LARA.- La pandemia no acortó la fe de los larenses. A pesar de las restricciones por la covid-19, devotos salieron de sus hogares y por iniciativa propia llegaron hasta las inmediaciones de la Basílica de Santa Rosa para cumplir con sus promesas de fe hechas a la Divina Pastora.
Algunos con pies descalzos, haciendo oraciones, cumpliendo un recorrido, y otros con espléndidos vestidos recreando una réplica del traje en colores beige y vinotinto con la imagen de la sagrada familia que actualmente luce la patrona sentimental de los larenses.
Desde el año 2006, Ronald Torrealba camina con sus pies directos al pavimento la procesión de la Divina Pastora, este año pese a que las actividades en su mayoría se realizarán de manera virtual, decidió salir de la comodidad de su hogar para pagar su promesa a la virgen por el milagro hecho a su hijo quien nació prematuro.
«La promesa era solo por cinco años pero yo me siento en deuda» dijo con lágrimas en sus ojos, relatando que ya suma 15 años agradeciendo el milagro hecho a su «príncipe».
Johana Romero, por su parte, posaba sonriente con su sombrero de paja y un niño de juguete en sus brazos, es una de las fieles que salió este 14 de enero a realizar el recorrido vestida de pastorcilla con un traje alusivo al de la virgen.
Otra pastorcita se hizo presente a los alrededores del pueblo, Marielys Marín comentó feliz y agradecida que desde hace cuatro años viste a su hija con el traje de la Divina Pastora como parte de una promesa hecha durante su embarazo por la salud y bienestar de la bebé, quien gracias a los milagros de la virgen nació sana y salva.
«La promesa fue porque ella pisó el cordón umbilical y no le llegaba oxígeno a la cabecita, mi mama hizo la promesa y gracias a Dios no hubo necesidad de hacerme la cesárea de emergencia»
Con una cruz acuestas, Francisco Bracamonte paga su promesa como nazareno pues en años anteriores pidió un hogar y con un sentido homenaje agradece su techo donde vivir.