Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Con calles de tierra, buscando agua en pozos, prendiendo fogones con leña, volviendo a cavar pozos sépticos, sin acceso a una buena señal de telefonía, sin aseo y sufriendo constantes apagones eléctricos es como han tenido que vivir los habitantes de Bobare y sus caseríos, lo que demuestra que la parroquia Aguedo Felipe Alvarado en sus 264 años de fundación se ha quedado estancada en el tiempo y además olvidada por las autoridades.
La población de Bobare que se encuentra a tan sólo 25 minutos de Barquisimeto, hoy muestra su peor cara por la poca calidad de vida que otorga a sus habitantes, quienes para satisfacer necesidades básicas deben hacer distintas maniobras.
Uno de los problemas con los que más se han visto afectados los habitantes del «Pueblo que se negó a morir» es la falta de agua potable por tuberías y planes paliativos para satisfacer dicha necesidad, ya que las personas ante la falta del vital líquido han optado por cavar pozos y sacar agua del subsuelo; sin embargo, como esta es una situación que afecta a sus 35 mil habitantes, cada vez es menos lo que pueden llevar a sus casas.
Aunque las personas han tratado de cubrir esta necesidad sacando agua de los pozos esta no es una tarea fácil, debido a que los pozos más cercanos como son «Mama Vieja» y «Buena Vista», están completamente secos, por lo que deben ir al pozo «San Pedro», el cual se ubica a 7 km del casco central, es decir, que deben caminar 14 km bajo el inclemente sol y el camino de tierra para buscar aunque sea una pimpina de agua no tratada y que además tiene un color verdoso.
Irrael Torrealba, luchador social de la parroquia, explica que hay algunas comunidades que cuentan con agua por tubería y que esta les llega los domingos si hay electricidad, pero no está apta para el consumo porque es salada, por lo que sólo pueden usarla para asearse.
«Es muy grave la situación que vivimos en Bobare con la falta del agua potable, a las comunidades les llega el agua si tienen electricidad los domingos, pero esta no es suficiente para abastecerse, además que por ser salada no está apta para el consumo, al igual que la de los pozos que no está tratada, pero así la gente tiene que ingerirla», aseguró.
La escasez del vital líquido ha obligado a las personas a rendir hasta la última gota de agua y más si esta es dulce. El vecino Francisco Arrieche contó que desde hace 7 meses tienen almacenada un poco de agua de la lluvia y que esta es la que usa para cocinar.
«Tenemos agua de la lluvia para consumirla desde hace meses y lo que hacemos es hervirla, es la que más cuidamos, porque la salada no la podemos usar para cocinar y los tanqueros tienen muy cara la pipa para comprarla», dice Arrieche, destacando que una pipa la pueden vender hasta en 2.5 dólares.
El cronista de la parroquia y luchador social, Ramón Luis Gil, aseguró que las técnicas de supervivencia que han tenido que aplicar los habitantes de Bobare son rudimentarias, al punto de usar en los tendidos eléctricos alambres de púas por no tener dinero para comprar cables y el apoyo de Corpoelec.
«En Bobare hemos tenido que volver a las prácticas rudimentarias del siglo pasado, como cavar pozos sépticos ya que no tienen el agua para bajar los inodoros, el agua que se lleva se debe pasar por un mata de cardón para colarla, asimismo hay que salir a buscar leña cuando no hay gas y la electricidad está siendo llevada en alambres, también hay otros habitantes que han tenido que sembrar sus propios alimentos», asegura.
Tienen un plan
El cronista explicó que ante la falta de agua han intentado buscar soluciones y asimismo se han unido organizaciones que defienden el derecho al uso del agua, como los es el «Movimiento Unidos por el Agua y los Derechos Humanos», quienes plantean la potabilización del agua de uno de los pozos que se encuentra en el sector Las Delicias, que está siendo ofrecido por uno de los agricultores.
«Tenemos un plan para la potabilización del agua, estamos esperando por los especialistas a ver si lo podemos realizar y así se beneficie a toda la comunidad», expresó Gil.
Pedro Camacaro, quien está poniendo a disposición el pozo destacó que se necesita que los motores con los que se hala el agua sean eléctricos, debido a que el gasto por el gasoil es insostenible.
«El pozo lo estamos ofreciendo a la comunidad porque sabemos la necesidad que se tiene, pero necesitamos ayuda para que se coloque el tendido eléctrico y así colocar el motor que hala el agua a electricidad, porque actualmente está a gasoil y una pipa la venden en 100 dólares, esa apenas alcanza para dos días», dijo.
Sin insumos
La salud es otro de los problemas que aqueja a los habitantes de la parroquia, debido a que en el ambulatorio tienen poco personal de salud, no tienen insumos médicos y tampoco cuentan con una ambulancia en caso de una emergencia.
«Si sucede algo tenemos que salir a Barquisimeto, ya que no hay cómo atender una emergencia, pero un traslado al Hospital Central puede llegar a costar hasta 20 dólares«, aseguró César Rodríguez.
Habitantes piden mayor atención por parte de las autoridades competentes para mejorar sus condiciones.
Cementerio local está desvalijado
El Cementerio Parroquial de Bobare se encuentra totalmente en la desidia, ante la falta de vigilancia las tumbas están profanadas y la capilla destruida.
«Es lamentable ver el cementerio en estas condiciones y que esto sea parte de la falta de vigilancia que hay en la parroquia, el cementerio nuevo también se encuentra en las mismas condiciones, nadie lo visita», dijo el vecino Ramón Eduardo Gil.
Este cementerio tiene aproximadamente cinco hectáreas y es visitado mayormente en los días de la madre o padre, las personas tienen temor de visitar a sus difuntos porque la delincuencia los acecha, por lo que antes de ser víctimas del hampa prefieren quedarse en sus viviendas e ir los días que son más concurridos.
Recreación es nula
Las plazas en Bobare tienen mucho deterioro, los ciudadanos no tienen un sitio de esparcimiento en el que puedan pasar una tarde, debido a que dichos espacios emblemáticos no cuentan con banquitos, plantas ornamentales ni iluminación.
Plazas emblemáticas, como El Estudiante y Monseñor Aguedo Felipe Alvarado lucen desoladas ante la falta de condiciones en las que los vecinos se puedan divertir, además están a oscuras por la falta de iluminación pública, por lo que representa un gran peligro por las noches pues los ladrones pueden camuflarse.
«Las plazas están completamente destruidas, no hay condiciones para ir porque ni siquiera hay dónde sentarse, la única que está arreglada es la plaza Indio Gayón. Se necesita que se reparen y acondicionen las demás para por lo menos ir a la plaza», dijo César Rodríguez.
Asimismo, en Bobare no tienen un buen servicio de telefonía, las únicas operadoras que funcionan a medias es Movilnet y Movistar, además no tienen antena de Digitel, por lo que comunicarse y que los jóvenes hagan sus trabajos online se les vuelve muy cuesta arriba.