Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA – Frente al ambulatorio de La Carucieña, al oeste de Barquisimeto, una casa cuyo patio fue convertido en una bodega, vende inyectadoras, yelcos, mariposas, algodón, gasas y alcohol que el centro de salud no tiene para ofrecer atención de calidad a los pacientes.
Ciudadanos que se acercan para comprar lo necesario reciben la información de una vendedora que les indica los precios de guantes, e inyectadoras cuyo valor es un millón 200 mil bolívares cada una. Cada gasa vale 800 mil bolívares, un yelco un millón 500 mil y una mariposa 600 mil bolívares. Según explicó Omar Álvarez, presidente del Colegio de Farmacéuticos en Lara, este tipo de negocios presuntamente son ilegales, y ahora proliferan por todo el estado, porque carecen de un registro que debe emitir la Contraloría Sanitaria de cada estado.
Precisó que la mayoría de insumos y medicamentos que comercializan son revendidos, es decir, especulan con sus precios y en el caso de los medicamentos pueden ser falsificados, por lo que pidió a la población estar alerta y sólo comprar en farmacias formales.
«Venezuela cedió su soberanía sobre el control de calidad de medicamentos. Actualmente vas a cualquier farmacia y encuentras medicamentos de cualquier parte del mundo, que sólo tienen permisos de importación pero no tienen registro ni de Contraloría Sanitaria ni del Instituto Nacional de Higiene», exclamó.
Apuntó que la reventa de insumos y medicamentos se disparó en 2019, cuando el gobierno a través de una providencia permitió la importación de medicamentos sin ningún tipo de control del Ministerio de Salud.
«Ahorita se ven en las farmacias medicamentos de Estados Unidos, China, India, Rusia y Colombia, y hay muchas falsificaciones, situación que enciende las alarmas porque podría generar reacciones adversas en los pacientes», apuntó.
Una casa no puede vender insumos médicos, así sea alcohol o inyectadoras, porque deben contar con un registro de Contraloría Sanitaria. A las farmacias se lo exigen para que las droguerías o laboratorios les puedan despachar los medicamentos o insumos.
Comunicó que la práctica ilegal la ha ocasionado las erradas políticas del gobierno, que ante la inmensa escasez de medicamentos y la quiebra de los laboratorios más reconocidos del país, permitió la importación de medicamentos y ahora se venden a precios dolarizados en una nación empobrecida y en emergencia humanitaria compleja.
«El gobierno es sordo y mudo ante la emergencia que vivimos», puntualizó.