Guaro Mirón | LA PRENSA DE LARA.- Na guará!, hace dos semanas estaba en la cola de Transbarca para encontrarme con unos amigos que viven en la zona norte de Barquisimeto, ahí conocí a la señora Yenni Méndez. Durante todo el camino nos pusimos a echar cuento y me puso su casa a la orden para visitarla un día de estos.
Después de varios días recordé la invitación que me hizo y me eché el viajecito hasta Villa Juana, por la vía hacia El Trapiche.
¡Ay Dios! Cuando llegué, no podía creer lo que veían mis ojos. Esa comunidad se encuentra más olvidada que cartulina de muchachito. No tienen agua, luz, gas, aseo, asfalto y muchos ni siquiera cuentan con un techo seguro.
Yenni me presentó a sus vecinos, quienes me contaron que las autoridades del estado Lara ni se acuerdan que ellos existen y los tienen pasando más roncha que nunca.
Como será que ya hasta prefieren quemar la basura en el patio, pues no hay ni siquiera un camión que manden para que les recoja los desechos y no vivan en medio de la pudrición.
Además me dicen que los postes no tienen bombillos que funcionen y les iluminen las calles, por lo que cuando cae la noche quedan a la intemperie y expuestos a ser carnada fácil para los choros.
Por otro lado, viven rezando para que no caiga un palo de agua, esto debido a que cuando llueve las casas quedan inundadas y muchas familias pierden los poquitos corotos que tienen.
Tal fue el caso de mi nueva amiga Yasmira Mendoza, quien en una tarde de lluvia tuvo que dar por perdida su cama y su escaparate.
Con ese temporal hubo personas cuyas casas se vinieron abajo y perdieron parte de lo que con tanto esfuerzo construyeron. Algunos han preferido mudarse y dar por perdido lo que la lluvia se llevó, pero otros siguen echándole pichón y han recolectado parte de los escombros para poco a poco reconstruir parte de sus hogares.
La comunidad cuenta con documentos firmados por la administración de la exgobernadora Carmen Meléndez, donde les aprobaron recursos para realizar mejoras que nunca llegaron.
Su única petición es que se avoquen de una vez por todas y les ofrezcan aunque sea un rayito de ayuda para poder contar con una vida digna.