EFE | LA PRENSA DE LARA.- Más de 3.000 migrantes hondureños salieron este viernes en caravana hacia Estados Unidos, adonde esperan llegar pese a las advertencias de los gobiernos de ese país, Guatemala y México de que no permitirán el ingreso de personas que intenten cruzar de manera irregular.
«Me voy con toda mi familia porque no tengo trabajo desde el año pasado», dijo a Efe Raúl Rodríguez, uno de los migrantes que salieron hacia las 05:00 horas locales (11:00 GMT) desde la Central Metropolitana de Autobuses de San Pedro Sula, en el norte de Honduras.
Los migrantes, hombres, mujeres y niños con una mochila a la espalda, decidieron irse por el punto de Agua Caliente, departamento occidental de Ocotepeque, fronterizo con Guatemala.
En la caravana, con una bandera de Honduras al frente en azul y blanco extendida, van muchas personas que son familias completas, padres e hijos. En algunos casos son acompañados por otros parientes, según sus relatos.
Muchos de los migrantes, en su mayoría cubiertos con mascarilla, algunos haciendo la señal de victoria, prefieren no identificarse con su nombre ante los periodistas.
Algunas mujeres se cubren el rostro con pequeñas toallas o pañuelos cuando pasan frente a las cámaras de medios de prensa nacionales y extranjeros que acompañan la caravana.
«Yo vengo de Baracoa (departamento caribeño de Cortés), hemos perdido todo por Iota y Eta», las dos tormentas tropicales que en noviembre azotaron a Honduras, causando severos daños materiales, principalmente en el norte y occidente del país, dijo Manuel Peralta.
Añadió que «Baracoa quedó destruida y no hay empleo, la gente está sufriendo hambre; por eso nos vamos».
Otra razón que muchos aducen es por la falta de empleo desde que en el país se comenzó a expandir la pandemia de covid-19.
Algunos padres llevan a sus niños pequeños en cochecitos, otros en brazos y son muchos los menores que caminan a la par de los adultos.
Atrás de la caravana van camiones de la Policía Nacional con agentes provistos de escudos, bastones y al parecer bombas lacrimógenas.
Antes de llegar al desvío de la carretera que lleva al occidente del país, algunos de los migrantes comenzaron a subirse en camiones, vehículos particulares y autobuses para hacer el recorrido de más de 200 kilómetros entre San Pedro Sula y Ocotepeque.
Con información de: EFE