lunes, 9 junio 2025
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Pacientes crónicos en riesgo ante dificultad para comprar medicinas

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La hipertensión y diabetes son las enfermedades crónicas más comunes en pacientes que con el debido control médico pueden tener calidad de vida. Pero actualmente temen por las consecuencias que van desde mareos hasta discapacidades que comprometen la visión, la movilidad por artritis y hasta desarrollar enfermedades cardiovasculares que pueden ser fatales. El problema es que no pueden costear sus tratamientos, exámenes de rutina y les cuesta cumplir la dieta.

La desesperación es más grave en quienes sufren ambas patologías, tal como Enyely Álvarez, quien debió ir acompañ;ada al ambulatorio cercano a su comunidad para averiguar por la insulina. Sentía mareos, vómito y a veces se desespera por la dificultad para respirar, reacciones que sufre al no cumplir con sus tres dosis diarias de insulina cristalina y NPH. Confiesa que cuando no se la despachan en el ambulatorio o en la Dirección de Salud puede pasar varios días sin el tratamiento, considerando que el precio comercial supera los $10.

Para algunos puede ser un bajo monto, pero ella admite que un paciente crónico tiene muchos gastos, primero debe asegurar las insulinas que le permiten mantenerlos a diario y los exámenes de laboratorio, hemoglobina y orina en $15, a lo que se le suma el examen de hemoglobina glicosilada en alrededor de 40 dólares. El costo aumenta por su hipertensión que exige mensualmente enalapril, un poco más de Bs. 70 y omeprazol que ronda los Bs. 10.

Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este miércoles 26 de abril.

 

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Una de las principales reglas es acercarse con empatía y paciencia, sabiendo que la primera reacción puede ser evasiva, por temor a que les abran un procedimiento, pero les explican que sólo les tienen una propuesta para solventar su situación. Yrene Mendoza, directora de la Fundación "Jóvenes de la Patria", explica que la mayor incidencia está entre 19 a 33 años de edad, aplaudiendo que ocho de estos jóvenes retomaron sus estudios de secundaria y la mayoría que aceptó la reinserción, optó por la formación vocacional, aprendiendo un oficio como cocina, barbería, técnico en refrigeración, carpintería y sublimación.

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