Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Una mirada temerosa o carcomida por la agresividad puede indicar que no están allí porque quieren. La calle les roba la infancia, por lo que especialistas advierten que 80% de la población es pobre, lo que acorrala a las familias y deja a niñ;os expuestos a los riesgos de sobrevivir en la calle. Exigen un programa de protección con el seguimiento de los casos y creando condiciones para la reunificación familiar. Lamentan las causas que empiezan por limitaciones económicas, violencia intrafamiliar y coacción de representantes, dejando profundas cicatrices en el desarrollo psicomotor, cognitivo junto a la falta de escolaridad.
Los niñ;os y niñ;as terminan en mayor vulnerabilidad cuando atraviesan la precariedad de las condiciones de calle e incluso forzados a crecer en autodefensa para evitar ser arrastrados por las agresiones del entorno. Un contexto extendido a quienes sólo les falta pernoctar en las calles, pero deben asegurar no llegar a sus casas con las manos vacías.
Una realidad que se palpa en cualquier avenida y entre los segundos que permita el semáforo, donde menores se empinan para poder alcanzar el parabrisas de los vehículos y tienen la agilidad en los brazos para limpiar al instante. Es la misma resistencia que necesita un niñ;o de tan sólo ocho añ;os para trabajar espantando moscas durante las mañ;anas en un puesto del mercado de Ruiz Pineda, al oeste de Barquisimeto. Se intercala las manos con los movimientos de izquierda a derecha, asegurando que estos insectos no contaminen los alimentos.
Puede ampliar esta información en nuestra edición impresa de este miércoles 12 de abril.