Una tensión constante, críticas permanentes, sentirse obligado a hacer cosas que no quiere y agotamiento emocional son síntomas que puede presentar el trabajador cuando es víctima de mobbing o acoso laboral, así lo explicó la psicóloga organizacional Gisela León.
Según León, el mobbing se diferencia del estrés porque este viene dado por la sobrecarga de trabajo y si ésta disminuye o se elimina, de inmediato puede bajar; pero, en el caso del acoso hay una tensión permanente.
Este comportamiento negativo se produce dentro del entorno laboral entre compañeros, superiores o inferiores jerárquicos, el afectado es objeto de acoso y ataque sistemático durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, y por parte de una o más personas.


¿Cómo ocurre el mobbing?
Gerardo Sánchez, presidente del Colegio de Psicólogos del estado Lara, explica que existen tres tipos de mobbing: el acoso descendente que es cuando un superior se aprovecha de su posición de poder para intimidar o sobrecargar a la víctima.
En segundo lugar el ascendente que ocurre cuando los subordinados acosan al superior, y el horizontal que se da entre compañeros de igual rango y este puede originarse por celos, envidia o diferencias personales.
“Independientemente del tipo, el mobbing socava la dignidad de la persona, destruye su autoconfianza, incluso puede llevar a un problema grave de salud mental, ya que está en riesgo el medio de vida, la seguridad económica y social de una persona y su familia”, dijo Sánchez.


Efectos del mobbing
Especialistas explican que entre los factores que favorecen este tipo de acoso están los conflictos interpersonales que pueden existir entre compañeros de trabajo, también hacen referencia a un mal clima laboral, sobrecarga de trabajo, e incluso la no definición de roles.
Todo esto puede afectar el rendimiento del equipo ante la falta de comunicación entre compañeros, pérdida de talento humano, porque muchos deciden abandonar sus puestos ante las constantes agresiones y disminución de la productividad.
Incluso al ser una conducta prolongada puede afectar el autoestima de la víctima y ocasionarle daños psicológicos.


“El mobbing puede generar muchos problemas emocionales porque quedan huellas y crea en la víctima una sensación de injusticia, lo que puede provocar ansiedad generalizada, estados depresivos y niveles de irritabilidad permanente”, comentó León.
A diferencia del acoso sexual o el maltrato físico, el mobbing puede pasar desapercibido y puede manifestarse como burlas constantes, exclusión de reuniones y cuestionamientos negativos por parte del agresor.
Hasta el año 2022, 1 de cada 5 personas empleadas en el mundo había experimentado violencia y acoso en el trabajo, según datos de un estudio conjunto entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Lloyd’s Register Foundation (LRF) y Gallup.