viernes, 22 noviembre 2024
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Museo antropológico recalca ese lenguaje vivo ancestral desde Quíbor

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La frescura de sus áreas externas es sólo el comienzo para sentirse en un ambiente agradable y recordar el valor arqueológico y paleontológico que resguarda el museo antropológico Francisco Tamayo Yepes de Quíbor. A sus 57 años es uno de los lugares referenciales de investigación en centroccidente, al trasladar a la historia a más de ocho mil años de antigüedad. Lleva a hurgar las raíces entre los asentamientos indígenas, los rastros de la megafauna y vestigios en cerámica que definen la identidad como pueblo.& ;

Sus vitrinas conducen al encuentro con la riqueza alfarera en el municipio Jiménez, desde figuras con forma masculina y decoración pintada de cementerios prehispánicos. Un viaje desde aquella cerámica de técnicas bien trabajadas, así como los restos de esas ofrendas de enterramientos.& ;

En el museo hay un universo de hallazgos arqueológicos que remontan en el interés por seguir descubriendo acerca de las comunidades de gayones y arawacos, hasta lo utilitario de las piezas para el trabajo, caza y lo cotidiano. Además despierta la curiosidad de quienes lo visitan por las proporciones de maxilares de megafauna, entre megaterios, gliptodontes y mastodontes que hacen regresar hasta ocho mil años de antigüedad y también dejan ver aquellas especies que eran cazadas por el hombre.& ;

En este recinto histórico se plasma la mirada hacia atrás de esa antigua depresión que hoy se conoce como el Valle de Quíbor y puede justificar la existencia de conchas marinas entre las ofrendas funerarias como indicios de ese inmenso lago de agua salada que cubría una considerable extensión de territorio en la jurisdicción.

Rubia Vásquez es la directora de este recinto cultural ubicado en la avenida Pedro León Torres con avenidas 10 y Baudilio Lara de Quíbor. Una casa de investigación en centroccidente que además de realizar los estudios para la entidad larense, también apoya con estudios puntuales para Yaracuy y Portuguesa.& ;

Entrar a sus siete salas de exposiciones es conseguirse entre ese juego de iluminación y con vitrinas de finas bases en madera que resguardan la historia desde diversas temporalidades. Espacios que pueden acercarse a esos sitios de hallazgos arqueológicos como representación de enterramientos secundarios. Se aprecian las osamentas con algunos esqueletos estructurados, sabiendo que se tuvo un entierro inicial, cuyos restos fueron exhumados y se complementa con algún allegado junto al resto de las ofrendas. Además de incluir piezas más comunes como vasijas, collares o sus cuentas, conchas marinas y algún otro elemento que podía servir para cubrir sus ojos y sexos.

Resalta esos detalles en piedras, concebido como material lítico que fue convertido en un elemento puntiagudo. Es la evidencia de la transformación en lanzas talladas en piedras, flechas y hasta mínimos trozos que servían de proyectiles. Todo un andamiaje permitiendo la caza para asegurar su alimentación y las actividades cotidianas, así como los implementos para la agricultura.& ;

«Son datos tan curiosos que cualquier fragmento de cerámica es de interés», señala Vásquez de esa industria alfarera desde los ancestros y con el vuelco que puede darse a la investigación, a partir de mínimos fragmentos carbonizados. Hallazgos que probablemente indican ciertos rituales y denotan la complejidad de las ofrendas.& ;& ;

Desde la directiva y todo el recurso humano están conscientes que este museo trasciende de la modalidad de exposición permanente. Sus investigaciones están fundamentadas en los tres laboratorios y con una exigencia tan compleja que un día de campo arqueológico equivale a siete días de estudios en laboratorio. Un protocolo lento que consta del proceso inicial de limpieza en seco, definir la estructura de la osamenta en el espacio de osteología y el laboratorio de cerámica para todo el análisis del material lítico.

Se apoyan con otros especialistas para corroborar las hipótesis, ubicando paleontólogos, antropólogos físicos, restauradores y hasta estudiantes universitarios de especialidades afines que permitan concretar el registro fotográfico de las investigaciones, optando a publicación en revistas especializadas en trabajos científicos. Es parte de ese protocolo de hallazgos o rescates producto de la remoción hídrica, lo cual suele ser común ante la crecida de quebradas o por riesgos de la exposición ante intensas precipitaciones. Sus puertas están abiertas de martes a sábado, en horario corrido hasta las 4:00 pm y con la disposición de visitas guiadas.

Buscan canales para impartir y acercarse a la historia

Las exposiciones permanentes no son suficientes y ante la necesidad de divulgar esta historia, el museo cuenta con canales de difusión como la emisora Quiboc 97.1 FM y la imprenta para plasmar esa historia escrita. Espacios que llegan a la colectividad y dan a conocer ese trabajo permanente a partir de las investigaciones, exposiciones y demás alternativas para afianzar la identidad como pueblo.& ;

La radio cumplirá sus 20 años en febrero de 2023 y está bajo la tutela de la directiva del museo. La parrilla es variada y la programación cultural tiene prioridad, destacando la historia y antropología. Se trata de espacios que buscan la interacción y transformar los conceptos desde planteamientos más atractivos.& ;

Es una manera de entrar en los hogares y estimular esa curiosidad entre niños y estudiantes universitarios, que repliquen el sentido de pertenencia ante el municipio Jiménez como yacimiento arqueológico. Difunden las investigaciones realizadas y transmiten entrevistas a especialistas como testimonios de ese lenguaje ancestral que habla de gayones, arawacos y las condiciones de vida de estos ante pasados.

También hay espacios para los programas con selección musical y se pasean por repertorios de salsa, rancheras, merengue, balada y hasta rock. Selecciones acompañadas de comentarios y con el micrófono abierto para los planteamientos desde las comunidades.

La imprenta tiene 17 años y actualmente se encuentra de receso. De allí, se han tenido las publicaciones del periódico trimestral «Correo bolivariano«, boletín del museo y otros títulos acerca de la historia y antropología. También han sacado provecho a las redes sociales y se mantienen alimentándolas de aspectos sobre las exposiciones, avances en investigaciones junto a la agenda de actividades.

Por sentido de pertenencia

Vásquez junto a su equipo de especialistas están dispuestos a sumarse a las campañas permanentes de abordajes en comunidades. Un trabajo en conjunto con autoridades, para garantizar mayor alcance en sensibilizar al colectivo por la preservación del patrimonio cultural.

Los encuentros más recientes son desde el sector Playa Bonita, donde abarcan a vecinos y estudiantes de la escuela cercana al terreno donde hubo el hallazgo de 2021. «Es necesario definir ese diálogo de lo que se quiere hacer con los sitios arqueológicos y cómo involucrarnos», refiere Vásquez, recordando esos acercamientos de los niños a lo que podría ser una excavación.

La intención es despertar ese interés desde niños y jóvenes para lograr que se apropien de su historia. Alcanzar una mentalidad abierta y de arraigo con las raíces ancestrales, esas que van desde la identificación de los sitios de interés arqueológicos e inculcarles el sentido de pertenencia. Un trecho corto para asegurar protectores de nuestra identidad.

Masifican los saberes en general

La formación es una de las premisas del museo antropológico de Quíbor, un espacio donde están abiertos a las visitas guiadas por las salas de exposiciones. Vásquez confirma que frecuentemente reciben alumnos de plan teles educativos, así como para actividades extraescolares vinculadas a la historia, tras los hallazgos arqueológicos.

En agosto celebraron sus 57 años con el primer coloquio sobre antropología, memoria y patrimonio durante& ;tres días y en memoria del antropólogo, Juan José Salazar, quien fue el anterior director de este recinto, la jornada fue en reconocimiento a su dedicación a la memoria arqueológica.

Quienes laboran en el museo se complacen con las solicitudes de directivos de instituciones educativas, estudiantes universitarios y grupos particulares. Aprueban alguna fecha, de acuerdo con la programación y los& ;guías atienden con disposición de aclarar las dudas en torno a la historia contenida desde la antigüedad, así& ;como la memoria viva desde los cementerios prehispánicos.

Quíbor, tierra de misticismos y yacimientos arqueológicos -V PARTE-& ;& ;

 

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