Según el presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido, Roberto Rimeris, para el cierre de 2024, la fabricación nacional de prendas de vestir reporta un 12% menos de producción que en 2023.
A pesar de que el sector tuvo un crecimiento de 6% en el tercer trimestre de este año, el gremio indica que no fue suficiente para alcanzar la producción lograda el año pasado. “Yo diría que, en general, el sector debe estar por debajo del año pasado porque no se ha recuperado”, dijo Rimeris.
También explicó que uno de los factores que ha influido en la merma de la manufactura nacional y las limitaciones de producción es la importación de prendas de vestir sin pago de aranceles, así como la fabricación de ropa a través del sector informal.
El presidente del gremio añadió que, al panorama se le añade una alta carga impositiva para los fabricantes nacionales formales y que el sector informal es amplio y cuenta con talleres “que, por su estructura de costos, no están pagando los impuestos en todas las tasas”, dijo en una entrevista a un medio nacional.
Brecha Cambiaria afectó a la Industria del Vestido
Hace un mes el representante del gremio, previó que para diciembre habría poco crecimiento en la Industria del Vestido debido a la brecha cambiaria que se ha registrado en las últimas semanas en Venezuela.
“Las empresas se quejan del flujo de caja, aunque tengan márgenes rentables, no tienen liquidez suficiente y si no hay una intervención para cambiar la parte monetaria será un diciembre de poco crecimiento”, indicó.
En referencia a los estrenos de la temporada decembrina, aclaró que la disponibilidad monetaria incidirá en la decisión de las personas para comprarlos.
En ese sentido, mencionó que el sector textil en Venezuela enfrenta complicaciones para crecer porque el dólar anclado favorece a las importaciones.
“Los textiles nacionales que fabricamos en Venezuela tienen una competencia muy fuerte en este momento, una es las importaciones y otra es la competencia por el sector informal”, aseguró Rimeris.
Agregó que las empresas nacionales deben hacer frente a los aranceles y tributos, factores que hacen que operen “bajo un clima desleal”.