La brecha que hay entre el tipo de cambio del dólar oficial y el paralelo es de 27%, esto ha desatado distorsiones en el mercado. Hay comerciantes e industriales que aunque están obligados a vender a la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), han ajustado sus precios en dólares alegando que sus proveedores les cobran al precio del mercado negro al momento de reponer la mercancía. En Barquisimeto hay locales que fijan el precio de sus productos a un «dólar promedio» entre las dos tasas. Y hay bodegones en Caracas que marcaron sus tarifas en euros (Bs. 50.93), ante el temor de fiscalizaciones.
«¡La gente intenta protegerse de perder dinero!», exclamó Arelis Evíes, comerciante informal, quien desde hace dos semanas tiene una rutina: primero averigua los precios de los productos al tipo de cambio oficial, luego vende sus divisas al paralelo y así siente que le rinde más la plata. Si un artículo le costaba $100 pagando en dólares en efectivo, cancelando en bolívares le cuesta $80.
«El problema con la brecha entre el tipo de cambio oficial que al 9 de octubre estaba en 37.07 bolívares, y el paralelo (Bs. 46.99), es que Venezuela sigue registrando una de las 10 inflaciones más altas del planeta, eso causa este desorden en el mercado cambiario. El ente emisor acaba de informar que la inflación interanual del país es 25,8% y el tipo de cambio oficial creció en un año 8%. ¿Qué significa eso?, la velocidad de los precios es tres veces mayor que la velocidad del precio del dólar. Uno va por el carril de 120 kilómetros por hora y el otro va por el hombrillo de la carretera», explicó el economista Hermes Pérez, profesor de la Universidad Metropolitana de Caracas.
Esa es la principal razón del por qué la gente prefiere pagar a una tasa más barata que crece más lento. El economista señala que este fenómeno lleva registrándose en el país desde 1980, cuando existía el dólar a Bs.4.30. Es decir, los venezolanos tienen 40 años surfeando períodos en donde la tasa del paralelo agarra vuelo mientras el BCV se mantiene intervenido.
Ventajas y desventajas de este sistema cambiario de dólar
Desde hace más de dos años el Gobierno ha intentado mantener artificialmente el tipo de cambio estable, inyectando divisas a las mesas de cambio, con el propósito de desacelerar la inflación. Esa política genera dos ventajas adicionales: primero abarata las importaciones. Por eso, entre 2021 y 2022 hubo un boom de bodegones abriendo con anaqueles repletos de productos de Estados Unidos, Europa y Asia. La segunda ventaja es que un tipo de cambio anclado que ha variado entre los 35 y 37 bolívares el último año, genera certidumbre en la actividad económica.
Pero Pérez razona que esas ventajas son transitorias. «Si tú tienes inflación elevada, entonces sostener el tipo de cambio estable es absurdo. Tarde o temprano amerita que realicen algún ajuste cambiario», precisó. Y como ejemplo tenemos las tres reconversiones monetarias que se han decretado en Venezuela desde 2007 hasta agosto de 2021 que fue la última, con la creación del Bolívar Digital.
Mantener un tipo de cambio sin mucha variación es insostenible, porque el BCV requiere tener un colchón muy grande de divisas para mantener su precio barato. «Eso reduce las reservas internacionales de Venezuela que están en su mínimo histórico ($10.795 millones al 7 de octubre)», comentó. El tercer inconveniente es que esta política no incentiva la producción nacional y afecta las exportaciones.
«Esa brecha tan grande es trivial porque algunos ganan y otros pierden. Y va asociado con la debilidad del bolívar. Se reduce su función como dinero, no sirve el Bs. como unidad de cuenta, como medio de pago o depósito de valor, porque todos los precios se fijan al dólar paralelo u oficial», recalcó.
Liquidez ha aumentado
El economista, Jesús Casique, informó que aunque el BCV ha tenido como principal política mantener el tipo de cambio sin mucha variación el último año, la liquidez monetaria, es decir, los bolívares en manos del público y los depósitos bancarios se han incrementado 191% en un año.
«Estamos en un período en el que la inflación suele crecer, porque todavía padres y representantes están haciendo grandes gastos para adquirir útiles escolares y uniformes para sus hijos. Por eso, no se entiende cómo es que el BCV registró la inflación del mes de septiembre en 0,8%», expresó.
El pasado lunes 7 de octubre, el presidente de la República, Nicolás Maduro, acusó al economista, José Guerra, fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), de impulsar «un BCV paralelo» y de «desestabilizar» la economía, porque esta organización publicó la inflación anual del país en 46% y la inflación de septiembre en 3,4%.
Controversia con el PIB
Casique también se refirió al Producto Interno Bruto (PIB), que recientemente publicó el BCV en su página web.
Según el ente emisor, Venezuela lleva 13 trimestres de crecimiento económico. «Cambiaron la base para calcular el PIB del país sin avisar. Antes la base de la economía venezolana se tomaba desde 1997. Ahora el BCV publicó que Venezuela está experimentando crecimiento económico, pero resulta que de forma inédita la base la ajustaron al año 2007. ¿Cómo hicieron ese empalme?, eso no lo han explicado. Además, no publicaron el PIB del año 2020, cuando se registró decrecimiento económico por la pandemia. Registran los porcentajes, pero no los montos en bolívares de cada actividad económica del país. Obviamente, con todo eso las cifras del BCV generan gran desconfianza», alegó.
