Joelis Sosa | LA PRENSA.- Entre hilo, pega, martillos y agujas vive Gerardo Escalona. Un excelente zapatero que lleva 47 años en el oficio de reparar y deja como nuevo los zapatos. Escalona, quien tiene una buena clientela, se levanta a diario a las 5:00 de la mañana y comienza su travesía.
Primero atiende a los clientes de su pueblo: El Tocuyo, población que habita, luego cuando se le hacen las 2:00 de la tarde se dirige a Humocaro Bajo para continuar su faena. En una de las esquinas de la calle Berríos, se instala. Allí se sienta en una silla de metal, con su maleta llena de implementos y a un lado coloca los zapatos que les mandan a reparar, entre ellos sandalias y botas, cuenta que a diario repara entre 15 a 20 pares.
Pasión, dedicación y mucha paciencia, son los pilares fundamentales de “El zapatero”, como lo llaman en ambos pueblos, dice que todo esto han sido sus mejores herramientas y clave para mantener su oficio con el se ayuda económicamente. A sus 70 años de edad, -que no aparenta- sigue entregado a su trabajo, porque para él no hay excusas, explica que mientras el haga su trabajo para ayudar a la colectividad siempre se mantendrá feliz.
La situación país le ha afectado por la escasez, pero eso no le impide seguir trabajando. La responsabilidad lo acompaña a todas partes. Él entrega sus trabajos a la hora y se preocupa cuando no tiene la materia prima para poder concluirlo, por lo que mueve cielo y tierra para hacerlo.
Sus 13 hijos lo apoyan, con una sonrisa y los ojos brillantes menciona que ellos siempre han sido su motor, porque para sacarlos adelante tuvo que aprender este oficio con el que se siente a gusto y satisfecho. Además de los calzados también toca la guitarra. En sus años dorados acompañó a diferentes músicos reconocidos del pueblo como lo son Antonio Aguilar y Ricardo Mendoza.