Osman Rojas | LA PRENSA.- Recorrer los pasillos del Hospital Central Antonio María Pineda es encontrarse con obras empezadas por el Gobierno nacional y Gobierno regional que no han sido culminadas.
Desde una cocina que se empezó a construir hace 11 años y que todavía no ha sido entregada, hasta un edificio de medicina nuclear, parado desde hace un par de meses por la escasez de materiales para la construcción que hay en el principal centro de salud del estado.
“Al hospital hay que venir, pero cuando lo terminen”, dice de forma irónica el señor Juan Carlos Tovar, quien tiene a su hijo hospitalizado en UCI desde hace un par de semanas y asegura conocer el Hospital Central de pies a cabeza por haber trabajado en la institución.
“Siempre es el mismo rollo. Los políticos vienen y montan su show, pero a los enfermos que son lo verdaderos afectados por las condiciones en las que se encuentra este hospital, no los pueden engañar”, prosiguió Tovar.
Actualmente, en el centro de salud hay paradas once obras, ocho del Ejecutivo nacional y otras 3 del Gobierno regional. Áreas como la nueva farmacia, el servicio de diálisis, la cocina, un cuarto adicional en morgue, un edificio de consulta externa, un área de gastroenterología y un pabellón, esperan por ser terminadas.
“Lo más triste es que uno ve lo que le falta a las obras y nota que es una tontería, pero se necesita que el Gobierno regional y el Gobierno nacional se pongan de acuerdo en la asignación de recursos y dejen la pelea ridícula que tienen por poder”, dijo de forma tajante Alberto Jaramillo, al ser consultado a las afueras de la Emergencia del Antonio María Pineda.
Ruy Medina, director regional de salud en el estado, no niega las obras inconclusas en el Hospital Central, pero afirma que son “los chavistas los que tienen retrasos con sus obras, nosotros vamos a buen ritmo”.