Anaís Mendoza | LA PRENSA.- “Yo gasto 7 mil bolívares cada vez que vengo a visitar a mi muchacho a la cárcel”, dijo la señora Maite Soto refiriéndose al gasto que realiza de manera quincenal para llevarle comida a su hijo que está recluido en el centro penitenciario Uribana.
Y es que medio sueldo mínimo es el promedio que gastan los familiares de los privados de libertad cuando acuden los fines de semana a llevarles alimentos o productos de aseo personal a sus parientes presos.
Muchos de los familiares consultados confesaron que tienen que comprar comida revendida a los “bachaqueros” para garantizarle al privado de libertad los productos.
Refrescos, panes dulces, arroz y pasta son sólo algunos de los alimentos que llevan a la cárcel los familiares. Muchos parientes tienen que hacer la “vaca” para comprar la comida.
Este gasto que realizan los parientes es un extra, porque las consultadas informaron que en el penal ha mejorado la alimentación, en comparación con tiempos anteriores.
La señora Isabel Álvaro dio certeza que dentro de la cárcel les garantizan las tres comidas a los detenidos, de hecho detalló que son pocas las veces que lleva alimentos a su hijo que llevaba tres años detenido.
“Mi hijo me pide que le traiga pan dulce o catalinas, porque aquí en Uribana les garantizan la comida”, explicó la señora.
Para el señor Jaime Hernández, que era la primera vez que visitaba a su hija, indicó que en la actualidad conseguir los alimentos es muy difícil ya que todo está duplicado, indicó que ha tenido que comprar un kilo de pasta en 2 mil 100 bolívares y por eso espera que a su muchacha le sigan garantizando la tres comidas en la cárcel, ya que es un gasto comprar comida, así como hacer colas en los establecimientos.
“Mi hija me dijo que estaba bien y que dentro le estaban dando la comida al día”, dijo a La Prensa el señor, quien está tranquilo de que a su hija le den la comida en Uribana.