Anaís Mendoza | LA PRENSA.- Leonardo David Orope­za Jiménez “El Leo”, aba­tido la tarde del martes en la calle 36 Cuesta San­ta Bárbara, por una comi­sión de la subdelegación San Juan del Cicpc, esta­ba solicitado por el homi­cidio del escolta Juan Carlos Martínez (40), quien fue asesinado el 5 de mayo en la calle 11 en­tre carreras 23 y 24.

Este crimen lo perpetró junto a Edward Alexan­der Sivira Linárez alias “Sapo Negro” quien tam­bién fue dado de baja por los “petejotas” el 14 de ju­lio de este año y Ronald Alejandro Leal (20) quien fue detenido el 14 junio por una comisión de la Policía Nacional Boliva­riana.

Cicpc abate a roba carro

Al parecer, robaba un vehículo en la carrera 18 entre calles 54 y 55A, al oeste de la ciudad. El día en que Juan Car­los Martínez fue asesina­do se encontraba mos­trandole una camioneta a dos hombres, pues la es­taba negociando.

El escolta estaba recos­tado a un portón, tenía un llavero en las manos y le da vueltas mientras que tres hombres veían la camioneta que preten­dían comprar. La puerta de copiloto de la camio­neta estaba abierta al igual que la maletera.

Cuando a las 8:57 de la mañana aparecieron en la “El Leo”, “Sapo Ne­gro”, y Ronald Leal, a borde una moto en la es­quina de la calle 11.“Sapo Negro” se quedó al volante de la dos rue­das, mientras que Ro­nald y “El Leo”, se baja­ron y caminaron hasta el lugar donde se encontra­ba el escolta, lo revisaron le quitaron el arma de fuego, y durante la huida lo asesinaron.

Desde entonces los de­tectives del Cicpc le se­guían los pasos a este grupo hamponil liderado por el “Sapo Negro”. Este hampón vivía en el Barrio Santo Domingo al oeste de la cuidad, pero se enconchaba en una ca­sa en la manzana “A” en la urbanización La Sábi­la, al norte de la ciudad. En ese lugar cayó abati­do.

Se engoriló y les quemó la casa

Se conoció que “El Le­o”, estuvo en Uribana el viernes 25 de enero de 2013, cuando el Ministe­rio de Servicios Peniten­ciarios y la Guardia Na­cional intentaron realizar un requisa a la cárcel y tras que generó una de las masacres más fuertes en la historia de los pena­les de Lara.

“… De repente se for­mó una plomazón por­que los Guardias querían sacar uno para afuera. Todos protestábamos. El guardia (David Viloria) cayó al mismo tiempo que caímos todos..” esto es lo que declaró Leonar­do Ante el Tribunal de Primera Instancia Esta­dales y Municipales de control de Barquisimeto. Cuan­do investigaban al culpa­ble del hecho sangriento.