William Croes | LA PRENSA.- Parar los carros en un estacionamiento privado no es tan seguro como hace unos años atrás. Los parqueaderos se han convertido en una zona franca para el hurto de los vehículos, piezas o de pertenencias del interior. Los malandros han perfeccionado las técnicas para burlar sistemas de seguridad arcaicos que tienen estos lugares que no han evolucionado.
Los estacionamientos grandes que tienen más de 300 puestos de capacidad, como los de los centros comerciales, son los preferidos para los ladrones que se valen de los pocos dispositivos de seguridad y de personal de vigilancia para hacer de las suyas. Actúan rápido, en menos de cinco minutos se llevan las baterías de los vehículos y otras partes como las tapas de los rines y los reproductores.
“El rezago en los precios de las tarifas durante dos años nos ha hecho disminuir la inversión en seguridad porque sólo alcanza para el pago de personal y mantenimientos menores”, expresa Rafael González, presidente de Asoeslara, quien dice que los bajos ingresos ha llevado a ciertos parqueaderos a disminuir la cantidad del personal y no poder invertir en un circuito cerrado de cámaras de vigilancia.
Aunque no hay normas definidas, se acostumbra que haya un vigilante por cada 100 carros. Sin embargo, debido a los continuos incrementos salariales y el rezago en las tarifas hay dueños de estacionamientos que han tenido que prescindir del personal y hay lugares donde sólo hay un vigilante para 250 carros o más. En las entradas de los estacionamientos u otros lugares visibles al público están colocados carteles que indican que la gerencia del estacionamiento no se hace responsable de robos a artículos que estén en el interior del vehículo. “Eso lo dicta la norma Covenin 18-11, nuestras aseguradoras cubren el robo del vehículo sólo si se considera negligencia del personal del estacionamiento”, expresa González.
González señala que estacionamientos cubren algunos daños, solo sí, se comprueba que fue fallo de la vigilancia y luego de estudiar bien el hecho.