Euseglimar González | LA PRENSA.- Lilibeth Torres Mendoza (43) murió el miércoles en la noche tras recibir un tiro en la cabeza, en la avenida 2 con calle 7 de La Caldera.
“¡Corre hija, corre!”, gritó Lilibeth cuando escuchó los tiros y vio que venían unos hombres corriendo desde el puente del sector.
Lilibeth, quien era ama de casa, iba caminando de retorno a su casa, ubicada a una cuadra de la misma comunidad.
Ildemaro Colmenares, hijo de Lilibeth, contó que su madre venía junto a su hermana de 15 años cuando se armó el tiroteo. Detalló que unos choros habían intentado robarle un carro Mitsubitshi, de color negro, a un policía que andaba vestido de civil.
Colmenares detalló que eran dos hampones los que iban corriendo por toda la avenida 2, mientras que detrás iba el policía disparándoles.
La mujer, al escuchar los tiros decidió salir corriendo de regreso a casa de su mamá, pero una bala la alcanzó y recibió el tiro en la cabeza, cayó tendida en la acera de la esquina, los hampones cruzaron y se acabó el tiroteo. Cuando la hija se regresó gritó pidiendo auxilio y un vecino la trasladó a la Emergencia del Seguro Social Pastor Oropeza, pero falleció.
“El policía no debió disparar, había mucha gente en la calle, mi mamá murió y era inocente”, dijo con voz entrecortada Colmenares.
Vecinos de La Caldera comentaron que escucharon alrededor de 20 detonaciones. Algunos vecinos estaban sentados en las aceras cuando sucedió todo.
Comentaron que observaron cómo dos chamos corrían por la avenida y otros tres hombres iban detrás disparando.
Todos se lanzaron al suelo y escuchaban cómo las balas rebotaban en los postes de luz.