Arturo López | LA PRENSA.- De cara a la temporada decembrina, la tradición de mandar a confeccionar un traje o un vestido con costureras o sastres quedó en el pasado. Altos costos de telas y mano de obra obliga a los larenses a reparar antiguas prendas de vestir para usarlas como “estrenos”.
Al mes de noviembre del año pasado las costureras se encontraban abarrotadas de trabajo porque los larenses preferían mandar a hacer la ropa nueva que comprarla en tiendas. Sin embargo, este año el panorama cambió drasticamente pues la situación país golpea fuertemente el bolsillo.
Por ejemplo confeccionar un traje de vestir, solamente en la mano de obra, tiene un valor de 45 mil bolívares, lo que equivale a un mes y medio de salario mínimo. “Hay otras prioridades que mandar a hacer una prenda” expresó Vanessa Rodríguez.
La confección de una camisa manga corta es de Bs. 15 mil, a cuyo valor se suma la tela que el cliente debe comprar y que varía según el tipo y la calidad.
“A las costureras no nos da tiempo de ir a los centros textiles para comprar una tela que quizás no sea de agrado para el cliente”, expresó María Sánchez, costurera desde hace más de 20 años.
El sastre Jonathan Rodríguez aseguró que le sale mejor comprar algunas telas en Caracas porque en Barquisimeto no se consiguen y las que hay no son de calidad.
Retoques
Costureras alegan que hoy día frente a la crisis y la común pérdida de peso, han recibido muchos clientes que acuden a sus oficios para reparar prendas que van desde blusas, vestidos, faldas y hasta pantalones de jean.
Fany Suárez, costurera, comentó que tuvo que optar por atender a sus clientes con un máximo de tres piezas, porque a veces “quieren dejar un montón de ropa aquí y esto no es un depósito” comentó Suárez.
Diariamente llegan entre cuatro y cinco personas a los locales visitados por la Prensa, cargados de ropa vieja para arreglar y hacer ajustarlos al tamaño deseado, muy pocos llegan para confeccionar ropa nueva.