Darvis Molina | LA PRENSA.- “No se puede tener al chamo en algún deporte, es complicado mantenerlo con un sueldo mínimo. Ahorita quién va a gastar 120 mil por un bate. ¡Es demasiado!”, fueron las palabras que Juvenal Ramírez usó para describir lo duro que es adquirir artículos deportivos para que sus hijos puedan practicar.
Este padre estaba en una tienda especializada en productos deportivos buscando el bate de aluminio que necesita su chamo para entrenar y quizás, en un futuro, convertirse en grandes ligas.
El hombre confesó que comprando todo lo necesario para que su hijo practique el deporte favorito de los venezolanos ha gastado 75 mil bolívares y todavía no había elegido el bate que es lo más costoso.
Chequeando los precios en la tienda donde estaba Juvenal se comprobó que el bate oscila entre los 40 mil y 150 mil bolívares depende del tamaño y la calidad mientras que un guante de béisbol o softbol, de media calidad, puede rondar los 90 mil bolívares.
Yo puedo comprarlo porque trabajo y mi esposa lo hace también, pero es un sacrificio que hacemos porque en la actualidad existen otras prioridades”, sentenció Juvenal.
Así como este padre, hay otros representantes que tienen que hacer milagros para poder tener a sus chamos practicando alguna especialidad. Ya no solo es conseguir el dinero para las compras básicas de una familia promedio, “sino que hay que tener estrategias para salir y poder adquirir los artículos que los niños requieren” comenta Diomar Silva padre que algún día espera ver a su hijo como atleta profesional.
Hay deportes como el esgrima que ya se convierten en un lujo sobretodo luego del auge que tuvo Rubén Limardo tras ganar su medalla de oro en las olimpiadas de Londres 2012. Para que un chamo pueda estar en un pista con la espada o sable debe gastar mínimo 120 mil bolívares, que solo incluyen los zapatos y la braga que deben llevar para las practicas. Para un atleta más avanzado los costos dan un salto gigante, pues requiere el arma, la careta y la malla eléctrica que pueden costar, “barato, barato” en 310 mil bolívares.
Yo compré artículos repotenciados, porque nuevo no se puede comprar nada” expresó César Suárez, representante que se las ingenia para comprar los utensilios de segunda mano que están deteriorados pero que al arreglarlos dan un respiro al bolsillo.