Euseglimar González|LA PRENSA.- Dos cadáveres fueron encontrados ayer en la mañana en la Circunvalación norte, en la vía hacia Carorita arriba. Uno de ellos era funcionario de la Policía de Lara y el otro, según, trabajaba como barbero.
Wilfredo Alberto Piña Gómez, de 37 años, oficial de Polilara y Robert José Barrios, de 27 años, fueron hallados muertos por transeúntes de la zona ayer en la mañana. Wilfredo tenía heridas en la cabeza y barbilla, mientras que Robert tenía un disparo en la cabeza.
El hecho ocurrió aparentemente en la madrugada. Un vigilante de la zona contó que no escucharon detonaciones. Los cadáveres fueron hallados al lado del solar en donde están las antenas de una emisora radial de Barquisimeto.
En la orilla de la carretera de tierra estaba el cuerpo de Robert, con un disparo en la parte de atrás de la cabeza. El joven estaba tendido bocarriba en la carretera, vestía pantalón jeans claro y una franelilla de muchos colores. La sangre tiñó el piso.
El oficial Wilfredo estaba a unos 20 metros del cuerpo de Robert. El cadáver estaba entre montes y la quebrada que conecta la Circunvalación con Carorita. Wilfredo quedó bocarriba, vestía una camisa de color negro y los botones estaban desabrochados, además de un pantalón jean y zapatos tipo Timberland.
Algunos curiosos que llegaron al sitio se acercaron hasta donde estaban los cuerpos para ver si los conocían, pero entre ellos decían que no eran de la zona. Robert tenía muchos tatuajes en su cuerpo, en el brazo izquierdo tenía uno de diamante con olivos, y en la parte del hombro unas cartas de póker. Mientras que en el pecho uno de sus tatuajes decía “No cambié sólo aprendí y aprender no es cambiar es crecer”.
Funcionarios presumen que a los hombres los asesinaron en la zona, pues en la carretera se veía el charco de sangre. El sitio en donde fueron hallados se comunica por un túnel con la Zona Industrial II, la Circunvalación norte y a diez minutos está Carorita Arriba.
En los alrededores de la quebrada había piezas de carros “picados” y los curiosos comentaron que la zona se ha convertido en “zona de liberación de cuerpos y para matar a las personas”. “Por aquí ni de noche ni de día pasan las patrullas de la Policía, los choros hacen lo que quieran en la zona y uno tiene que resguardarse”, sostuvo un vigilante de un terreno aledaño.
Funcionarios adscritos a la División de Homicidios del Cicpc llegaron al sitio para hacer el levantamiento de los cadáveres y comenzar con las investigaciones. Los cuerpos fueron trasladados hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
En la mañana los cuerpos no habían sido identificados, pero ayer en la tarde fueron reconocidos por sus familiares.