Osman Rojas | LA PRENSA.- Un total de 15 infantes muertos luego de presentar intensos cuadros de diarrea fue el balance que dejó el mes de diciembre de 2016. Todos los pacientes fueron atendidos dentro del hospital pediátrico Agustín Zubillaga y según los médicos, los casos presentaron algún grado de desnutrición y todos eran lactantes. Ninguno de los niños pasaba de los 7 meses.
“Nunca antes habíamos visto algo así. La mortalidad en niños se disparó en diciembre, estamos hablando de un muerto cada dos días”, dice con preocupación la doctora Idabelis Arias, subdirectora del Pediátrico.
La especialista contó a La Prensa que la quincena de fallecidos presentaron tres cosas en común: todos estaban desnutridos, algunos con mayor grado que otros, pero ninguno de los infantes tenía el peso reglamentario. Además, los doctores comprobaron que los pequeños habían tomado bebidas caseras lo que los intoxicó, además, los padres actuaron tarde puesto que ninguno de los niños fue llevado a consulta en las primeras 24 horas.
“La gente no lo entiende, pero cuando los casos de diarrea severas no se atacan de una vez todo se complica. A los niños se les bajan las defensas, más cuando son lactantes y eso complica todo. Los 15 casos llegaron al pediátrico en muy mal estado y lamentablemente murieron”, dice la doctora de forma alarmante.
También explica que cuando un niño presenta cuadros de diarrea lo recomendable es hidratarlo con suero oral o casero. Bajo ninguna circunstancia se le debe dar bebidas de hierbas que pueden complicar más.
Los especialistas atribuyen el alza de la muerte de infantes por la falta de la vacuna Rotavirus. Aunque actualmente el estado cuenta con el tratamiento biológico, durante gran parte de 2016 los niños estuvieron desprotegidos porque el Ministerio no enviaba las vacunas.