El Guaro Mirón | LA PRENSA.- Este nuevo año me trajo más picoso que nunca. En una de mis tardes de trabajo me fui con mi panita Luis a recorrer distintas zonas de Barquisimeto, hasta que entré a la Ruezga Sur y me topé con un puente que se encuentra más abandono que “partido político cuando no hay elecciones” ya que está rodeado de basura, tiene las luminarias quemadas y lo usan como cementerio de animales.
Mi olfato periodístico me obligó a bajarme del carro. “¡Guaro, esto parece una selva!”, me soltó mi amigo Leandro, vecino del sector quien de una me acotó que las autoridades no les hace ni coquito la situación porque no se asoman por la comunidad. “Mi pana Guaro entre los mismos vecinos intentamos tener el área limpia pero que va, con las lluvias el monte se multiplica cada hora” dice con lamento el hombre.
Dando unas vuelticas por el puente que conecta la Ruezga Sur con la Norte, percibí un olor que me hizo arrugar la cara. Resulta que inescrupulosos se han dedicado a usar el paso peatonal para botar animales muertos. Lanzan restos de perros, gatos y hasta loros que se pudren y ¡huelen terrible!.
También me fijé que las luminarias explotaron. “Guarito después de las 6 de la tarde hay que pasar por ese puente como alma que lleva el diablo” para que no te pase nada” me dicen vecinos porque supuestamente, los malandrines aprovechan para esconderse en los matorrales y así hacen un mercado con todo aquel que pase en horas de la noche.