Cristina Linárez | LA PRENSA.- “Seguimos comprándole a los bachaqueros los ingredientes para poder trabajar”, dijo Douglas Vásquez, un panadero que lamenta cómo su negocio se esté yendo al piso por la falta de la materia prima.
Vásquez, quien tiene como panadero 15 años, comenta que antes la producción consistía en usar 12 sacos de harina en panes, mientras que ahora asegura que a duras penas hacen 2 porque no tienen para comprar mucha mercancía, ya que la encuentran muy costosa.
Un saco de harina lo adquiere en Bs. 130 mil, pero a este le anexan los costos que tiene la levadura, manteca, mantequilla, azúcar y sal, la que asegura que también “le sacan los ojos con los precios”, pero no le queda de otra que comprarlos así porque no consigue los ingredientes en el mercado.
Vásquez afirma que hacen más panes salados porque son los que se salen más rápido. El hombre detalla que puso horario en su panadería para la venta de panes, 8:00 am, 12:30 pm y 5:00 pm, horas cuando la gente empieza a moverse buscando qué comer.
Comenta que antes de que llegue la hora ya el río de gente se encuentra en las afueras de su panadería y en un abrir y cerrar de ojos se acaban los panes, ya que hacen pocos.
Además destaca que hacen el sacrificio de vender panes, aunque no les genere muchas ganancias, porque cuando la gente se lleva los panes siempre agarra otra cosa, y así se vende más rápido todo.
El panadero afirma que sólo hace para la venta el pan campesino en una cantidad de 250 para que le genere alguito de ganancias. Sin embargo, los panes dulces quedaron de lado, porque asegura que casi no se venden y por eso sólo hace 10 kilos de masa para pan dulce a la semana.
En un recorrido realizado por diversas panaderías de la ciudad, panaderos aseguraron no ver ni la sombra de la harina que les vendía la Asociación de Panaderos del estado Lara. María Matías, una panadera consultada, señala que desde que empezó el rollo con la asociación nunca fue constante con la distribución de harina.
Matías comenta que tienen días sin harina y se rehúsa a comprarle a los bachaqueros porque sale perdiendo su negocio. “Al comprar caro, debo vender caro y la gente así no compra, se pierde la mercancía”, precisó.
Por su parte, Mauricio Linárez, otro panadero, destacó que de la asociación le habían dicho que no tenían trigo, que por eso no se había distribuido nada de harina en las panaderías.
Linárez expresa que el año pasado con lo que le enviaban no les alcanzaba ni para un mes. “Siempre nos ha tocado comprar con sobreprecio porque no nos mandan lo suficiente”, señala que la escasez ha empeorado porque en el mes de enero les costó conseguir hasta la harina bachaqueada, que venden por saco.
Pasando roncha están las panaderías de la ciudad, trabajando con las uñas para no terminar de caer.
Muchos de los panaderos encuestados lamentaron la situación, pero no pierden las esperanzas de no verse de brazos cruzados y que la única opción sea cerrar su negocio, los cuales, la mayoría, son de familias que han construido con tanto esfuerzo a través de los años.