Luis González | LA PRENSA.- La densa oscuridad que invade la avenida Florencio Jiménez en horas nocturnas, la falta del rayado y el exceso de velocidad de los vehículos que por ahí circulan han cobrado la vida de al menos 2 personas en lo que va de año.
“Pasar la avenida en la noche es una locura, uno se guía de las luces de los faros de los carros para pasar pero aún así no es seguro porque algunos van sin luces y se llevan a uno por delante, el que no pega una carrera no se salva”, relata Alexander Carreño, quien trabaja en una empresa a la altura de El Tostao y es testigo de los accidentes que allí se registran. Al menos 8 han habido en el año según cifras que manejan el Cuerpo de Bomberos de Iribarren.
La oscuridad se presta para muchas cosas expresan quienes a diario hacen uso de la arteria vial. Aseguran que si se salvan de un accidente no los pela la delincuencia que también está ruda por la zona.
Quienes hacen vida comercial en las adyacencias de la Florencio expresan que a diario ocurre algún hecho, atropellas, ocurren choques o roban a alguien. A pesar de ser una vía tan transitada poca la presencia policial que por allí se observa.
El que allí se encuentren más de seis paradas de Transbarca y una infinidad del transporte público, es deficiente el alumbrado. Los transportistas aseguran que automáticamente se detienen en las paradas porque saben que la gente los espera pero a la distancia lo que se observa es lo oscuro de la noche.
“Es muy frustrante ver a madres con un niños de cada tramo de la vía corriendo para cruzar la avenida, de lejos da la impresión que le van a desprender los brazos de los infantes pero es más grande el temor de ser atropellados”, denuncia María Acosta, una vendedora informal de la zona.
Entre las 7 y las 10 de la noche son las horas en las cuales se registran mayor número de personas arrolladas porque la zona queda en repleta oscurana desde las adyacencias del centro comercial Metrópolis hasta que se pierde la visión por los lados de la vía a Quíbor.
Quienes frecuentan los puestos de comida rápida ubicados en la avenida aseguran que ni comer tranquilos pueden porque mantienen su atención puesta entre la comida y la avenida debido a que temen ser víctima de algún vehículo que no los vea y se los lleve por delante. “Casi derramo la bebida de un cliente por el susto que pasamos cuando escuchamos el frenazo de un vehículos y segundos después escuchamos un golpe y al acercarnos nos percatamos de que se trataba de una persona arrollada”.
Comerciantes aseguran que han presenciado muchos accidentes, unos con sólo pérdidas materiales, otros con heridos y los más lamentables, con fallecidos. La mayoría de colisiones entre vehículos y autobuses de Transbarca ocurren porque según denuncian, no respetan las leyes de tránsito y no miran a los lados cuando van a cruzar o cambiarse del canal de la vía.
“Ellos no respetan a nadie y no se detienen cuando ven personas cruzando la calle, muy pocos respetan los semáforos”, reclama Adela Ramos, comerciante de la zona. Habitantes piden a Corpoelec que sustituya las bombillas para recuperar el alumbrado de la zona y hacen el llamado al gobernador Henri Falcón para que construya pasarelas y de esta manera disminuir el índice de arrollados.