Osman Rojas | LA PRENSA.- La inocencia de sus ojos parece haberle abandonado. Con tan sólo ocho años debe hacer a un lado los juegos en la escuela, las comiquitas en la televisión o las travesuras propias de la edad para ganar algo de dinero y contribuir con los gastos del hogar.
Tiene la cara sucia y quemada por el inclemente sol. Su camisa está vieja y su pantalón hecho pedazos por el uso. Su voz es chillona y se nota que hace un esfuerzo para poder promocionar su producto “¡mamones, mamones!”, grita el infante cada vez que la luz pasa de verde a rojo en el semáforo ubicado en la avenida Venezuela con Bracamonte.
“Mi papá es albañil y gana 7 mil bolívares a la semana”, dice el pequeño con la seguridad de saber todo sobre la economía familiar. “En mi casa todos trabajamos, mi mamá está en frente vendiendo dulces de leche y cigarros”, comenta mientras señala el otro canal de la avenida.
Ésta es sólo una de las cientos de historias de infantes que hoy en día se ganan la vida pateando las calles como si ya fueran adultos y es que, según los números que maneja el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente de Iribarren (Cpnnai), la cantidad de pequeños trabajando en las calles de Barquisimeto se ha incrementado hasta en un 60 %.
“Todos los días llega una denuncia y eso es algo que nos preocupa muchísimo. Tenemos casos de pequeños que no van a la escuela por estar trabajando y esto es prueba de los niveles de pobreza que hay ahora mismo en el país”, aseguró Francis Pérez, directora de Desarrollo Social del Cpnnai.
Los informes que maneja el Cpnnai reflejan que el incremento de la población infantil trabajadora se ha concentrado en 4 focos de la ciudad: la avenida Vargas con Venezuela, la redoma del Obelisco, la avenida Venezuela con Bracamonte y la avenida Lara con Leones son los lugares donde se concentran los pequeños.
Martín Durán, sociólogo y profesor de la UCLA, evaluó con preocupación la situación actual de los niños de bajos recursos e hizo un llamado a las autoridades nacionales para crear programas que sirvan para el rescate de estos infantes.
“Se empiezan a saltar las etapas y estos niños que con inocencia buscan dinero aprenden lo que es la independencia a temprana edad. Crecen pensando que la necesidad justifica cualquier acción y muchos terminan cayendo en la delincuencia”, explicó Durán.