Daniela Valladares| LA PRENSA.- Incluir un buen pedazo de carne en la mesa del barquisimetano se ha vuelto un lujo, por eso muchos optan por comprar hígado, molida y para guisar, porque el kilo oscila entre los 8 y 12 mil bolívares.
El precio de la carne de primera espanta a más de uno. Una buena papa con asado negro o una parrillita de punta trasera los fines de semana es ahora un recuerdo que vive en la mente de los guaros, quienes debido a la inflación decidieron reducir costos resolviendo con hígado, carne molida y para guisar la mayoría de sus comidas porque es lo más barato en las carnicerías y frigoríficos.
Para la señora Greymar Colina y su familia que consta de 4 integrantes, el menú no varía mucho desde hace tiempo. Solo compra molida porque es más barata y rinde para varias comidas, además que la puede mezclar para la cena con arepa o empanadas.
“Me ha tocado ingeniármelas y preparar la carne de todas las formas posibles para que los muchachos no se me aburran, pero lamentablemente hay que adaptarse a la situación y arroparse hasta donde la cobija alcance”, expresaba resignada Colina, mientras pedía medio kilito en una carnicería en el centro de Barquisimeto para este fin de semana.
Como ella se encuentran muchos consultados por La Prensa debido a que el costo del bistec por kilo se consigue desde 13 mil a 15 mil bolívares, dependiendo de la zona.
El lomito oscila entre 16 a 23 mil y la punta trasera ya ronda los 18 mil el kilo en comparación con los 8 mil bolívares que cuesta un kilo de hígado de res, por eso muchos se han visto obligados a cambiar la dieta.
Luis Giménez, encargado de un frigorífico en la avenida Vargas, relata que las ventas han estado muy flojas y los lientes se llevan de “poquito en poquito” y lo que esté en oferta.
“Hígado, vísceras y patas de res es lo que mayormente se lleva la gente, nosotros tenemos nuestros clientes fijos que nos piden corte de lomito o chocozuela, pero ahora vienen cada 20 días cuando antes compraban semanal hasta 5 kilos para las reuniones familiares”, recuerda Giménez, quien asegura que a pesar de que estos precios se han mantenido por dos semanas, no les sorprende que se venga un nuevo aumento del rubro en los próximos días.
La variedad de los cortes de carnes en los refrigeradores también está limitada, sobre todo para el centro de la ciudad. En el Mercado Bella Vista sólo dos negocios ofrecían la proteína y la cola era de más de 30 personas que esperaban ser atendidos.
“Aquí uno consigue más barato, sin embargo hay días que no todos los negocios están surtidos y sólo venden a pocas personas, yo me calo la cola porque el kilo de bistec está en 12 mil 500 y por ahí ya ronda los 14 mil bolívares, hay que ahorrar todo lo que se pueda”, repetía insistentemente la señora Blanca Valera, mientras esperaba su turno.
Por su parte José Patiño, padre de familia, enfatiza que a pesar del aumento de los precios casi que semanal, todavía hace un esfuerzo y gasta todos sus tickets en comprar carne, eso sí, inclinándose por lo más barato y negocios con ofertas.
“El venezolano está haciendo un gran sacrificio para comer balanceado, sobre todo los que tenemos hijos, ya que en la etapa de crecimiento necesitan proteínas, sin embargo lo inestable de los precios es lo que alborota la crisis, un día el kilo marca un número y al siguiente otro, entonces es un incremento cruel que golpea el bolsillo”, señala Patiño.