Osman Rojas | LA PRENSA.- La angustia y el desespero reinó ayer en el ambulatorio de Cubiro. Lo que en teoría sería una mañana más, terminó en la mayor emergencia que ha vivido la institución en lo que va de año cuando 25 infantes ingresaron con diarrea al centro de salud.
Hasta ahora las autoridades regionales no saben cuál es el génesis de la intoxicación; sin embargo, se está analizando el agua de la zona pues todo apunta a que eso fue lo que enfermó a los pequeños.
“Nos pasaron el informe en la mañana y de inmediato enviamos a una comisión para que investigara el caso. El informe que recibimos es que no hay ningún niño hospitalizado, todos estuvieron bajo observación médica pero todos fueron dados de alta”, dijo el doctor Ruy Medina, director sectorial de salud en el estado.
Esta es la segunda intoxicación masiva que se registra en Jiménez en menos de 6 meses. A principios del mes de enero, Quíbor vivió una situación parecida cuando 17 personas, entre ellas 2 niños, se vieron afectadas por el consumo de agua.
Lo que más preocupa a los especialistas es la falta de control sanitario en la zona. El agua potable casi no llega a las comunidades aledañas a Cubiro lo que hace que muchas personas consuman el vital líquido de lluvia, pipas o tanques.
Omar Valiente, sanitarista, explica que los cuadros diarreicos en zonas urbanas son muy comunes, especialmente en esta época del año, cuando la lluvia de mayo hace acto de presencia.
“En los campos o zonas alejadas de la ciudad es fácil ver enfermos con diarrea. Allí se depende mucho de la naturaleza y la falta de centros médicos complica más este tipo de patologías”, dijo el especialista en conversación telefónica con La Prensa.
Emergencias full
La difícil situación que atraviesa el país tiene a todos los venezolanos comiendo lo primero que consiguen sin importarles las condiciones en las que el alimento es conservado.
Todo esto agudiza los cuadros diarreicos o las enfermedades estomacales, advierte el doctor Ruy Medina.
El galeno explicó que, este miércoles, cinco personas amanecieron hospitalizadas en la emergencia del Antonio María Pineda por presentar cuadros diarreicos intensos.
“Nadie se está cuidando a la hora de comer. No hay control de ningún tipo, las personas no tienen ni jabón para lavarse las manos antes de comer y todo eso afecta la calidad de vida de los venezolanos”, lamentó Medina.
En la consulta de gastroenterología del Hospital Central se puede ver el alza de enfermedades estomacales. Ahora mismo, el servicio especializado recibe, en promedio, a 70 enfermos diarios de los cuales unos 45 acuden por diarrea.
“La gente come para matar el hambre y esa es una realidad que en estos momentos no se puede negar. La gente busca de la basura, estira la plata comprando verduras, frutas que presentan algún grado de descomposición y eso afecta”, concluyó Medina.