lunes, 20 enero 2025
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Le cortan el cabello por un kilo de azúcar

Jennifer Orozco| LA PRENSA.- Inocente como una ni­ña de 8 años. Así es Emily Farina, quien tiene 20 años, pero su discapa­cidad mental la hace te­ner la madurez de una infante.

Cuatro mujeres la abordaron y le quita­ron parte de su abundan­te cabellera a cambio de un kilo de azúcar que la chamita anhelaba.

Emily y su mamá, Mila­gro Díaz, residen en una casa humilde de Villa Si­naí en Quíbor, municipio Jiménez. La dama habían recibido la caja del CLAP que traía arroz, harina, leche y fororo, pero falta­ba azúcar, que a Emily le gusta para hacer fororo.

Emily estaba enfocada en conseguir el endul­zante. El domingo 18 de febrero, a las 7:00 de la mañana la chamita se es­capó hacia el mercado El Montón de Quíbor, para poder ver a su novio, a quien ella cariñosamente llama Yoyi y que es un chamo con la misma discapacidad, pero con 24 años.

Yoyi y Emily se vieron en la caseta del mercado y estaban caminando en­tre la gente. La niña le de­cía a su enamorado que ella quería comprar azú­car para hacerle fororo. Una mujer la escuchó y le dijo a la chamita que le podía dar un kilo de azú­car si se dejaba cortar el cabello.

La chamita dijo que su novio la acompañó hasta el sector La Hexagonal del mercado. Este es un sitio cercado con alfajol, son unos 20 locales y tie­nen dos calles en medio.

Al entrar a La Hexagonal estaba una mujer senta­da con una mesa plástica roja donde tenía produc­tos de la cesta básica. Cuando los interesados preguntaban, ella le decía que era a cambio de “me­chones de cabello”.Emily, en su inocencia por su condición, no en­tendía.

Pero se sentó en la silla y dejó que la mu­jer le cortara cuatro me­chones de cabello, con una tijera de peluquería llamada “zig zag” que es para degrafilar la cabelle­ra.

Una vecina de Emily por casualidad iba pasan­do y vio cómo le estaban cortando el pelo a la cha­ma. La vecina llamó a la se­ñora Milagro. “Milagro tú dejaste salir a Emily y le están cortando el cabe­llo en La Hexagonal, la mujer la está trasquilan­do toda”, fue lo que escu­chó la madre a través del teléfono.

“Salí con los monos de dormir, zapatos de goma y una franelita. Me fui en una bicicleta que ni fre­nos tenía, pero quería lle­gar lo más pronto posi­ble”, dijo Milagro, quien rodó al menos unas 10 cuadras desde Villa Sinaí hasta el mercado.

Cuando la madre llegó vio ya a Emily con la ca­bellera trasquilada. “Ma­má cambié pelo por azú­car”, fue lo que dijo la chamita y Milagro se en­fureció.Cuando la madre le pre­guntó a las mujeres por qué habían cortado el ca­bello de Emily, si ella no sabía que le estaban ha­ciendo porque era disca­pacitada, la mujer le con­testó, “pues aquí nadie le puso una pistola en el pe­cho para cortarle el cabello.

Para la próxima póngale una placa en el cuello o en la frente que diga que es mongólica”, asegura la madre.Milagro con toda su fu­ria pensó en golpearlas, pero como es cristiana, prefirió buscar otra sali­da.

“Casualmente vi que venían dos funcionarias de la Policía Nacional Bo­livariana a quienes le conté lo sucedido. Las mujeres fueron deteni­das, aunque ya habían guardado los mechones de Emily en una bolsa donde tenían mucho ca­bello”, reveló Milagro.

Las cuatro tipas fueron identificadas como la banda de “Las Valencia­nas”. Tres son del estado Carabobo y una de Quí­bor. Se dedican a cortar el cabello, hacer mecho­ nes y llevárselos a Co­lombia donde los venden por cuatro millones de bolívares cada uno, pero ellas dan a cambio un so­lo producto de la cesta básica.

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