Jennifer Orozco| LA PRENSA.- Inocente como una niña de 8 años. Así es Emily Farina, quien tiene 20 años, pero su discapacidad mental la hace tener la madurez de una infante.
Cuatro mujeres la abordaron y le quitaron parte de su abundante cabellera a cambio de un kilo de azúcar que la chamita anhelaba.
Emily y su mamá, Milagro Díaz, residen en una casa humilde de Villa Sinaí en Quíbor, municipio Jiménez. La dama habían recibido la caja del CLAP que traía arroz, harina, leche y fororo, pero faltaba azúcar, que a Emily le gusta para hacer fororo.
Emily estaba enfocada en conseguir el endulzante. El domingo 18 de febrero, a las 7:00 de la mañana la chamita se escapó hacia el mercado El Montón de Quíbor, para poder ver a su novio, a quien ella cariñosamente llama Yoyi y que es un chamo con la misma discapacidad, pero con 24 años.
Yoyi y Emily se vieron en la caseta del mercado y estaban caminando entre la gente. La niña le decía a su enamorado que ella quería comprar azúcar para hacerle fororo. Una mujer la escuchó y le dijo a la chamita que le podía dar un kilo de azúcar si se dejaba cortar el cabello.
La chamita dijo que su novio la acompañó hasta el sector La Hexagonal del mercado. Este es un sitio cercado con alfajol, son unos 20 locales y tienen dos calles en medio.
Al entrar a La Hexagonal estaba una mujer sentada con una mesa plástica roja donde tenía productos de la cesta básica. Cuando los interesados preguntaban, ella le decía que era a cambio de “mechones de cabello”.Emily, en su inocencia por su condición, no entendía.
Pero se sentó en la silla y dejó que la mujer le cortara cuatro mechones de cabello, con una tijera de peluquería llamada “zig zag” que es para degrafilar la cabellera.
Una vecina de Emily por casualidad iba pasando y vio cómo le estaban cortando el pelo a la chama. La vecina llamó a la señora Milagro. “Milagro tú dejaste salir a Emily y le están cortando el cabello en La Hexagonal, la mujer la está trasquilando toda”, fue lo que escuchó la madre a través del teléfono.
“Salí con los monos de dormir, zapatos de goma y una franelita. Me fui en una bicicleta que ni frenos tenía, pero quería llegar lo más pronto posible”, dijo Milagro, quien rodó al menos unas 10 cuadras desde Villa Sinaí hasta el mercado.
Cuando la madre llegó vio ya a Emily con la cabellera trasquilada. “Mamá cambié pelo por azúcar”, fue lo que dijo la chamita y Milagro se enfureció.Cuando la madre le preguntó a las mujeres por qué habían cortado el cabello de Emily, si ella no sabía que le estaban haciendo porque era discapacitada, la mujer le contestó, “pues aquí nadie le puso una pistola en el pecho para cortarle el cabello.
Para la próxima póngale una placa en el cuello o en la frente que diga que es mongólica”, asegura la madre.Milagro con toda su furia pensó en golpearlas, pero como es cristiana, prefirió buscar otra salida.
“Casualmente vi que venían dos funcionarias de la Policía Nacional Bolivariana a quienes le conté lo sucedido. Las mujeres fueron detenidas, aunque ya habían guardado los mechones de Emily en una bolsa donde tenían mucho cabello”, reveló Milagro.
Las cuatro tipas fueron identificadas como la banda de “Las Valencianas”. Tres son del estado Carabobo y una de Quíbor. Se dedican a cortar el cabello, hacer mecho nes y llevárselos a Colombia donde los venden por cuatro millones de bolívares cada uno, pero ellas dan a cambio un solo producto de la cesta básica.