Johana Alvarado C | LA PRENSA.- Con la piel erizada, la preocupación por llevar el sustento a su hogar a tiempo, la zozobra por no saber hasta cuando va a vivir en esta situación y la fe rodeada por una corazanada, Moisés Reyes camina de un lado a otro pensando cómo rendir el dinero a la hora de llevar comida a su casa pues la masa de maíz, que lo saca de aprietos, está más cara.
“En mi casa somos 7 personas y para comer las arepitas del día debo gastar casi Bs. 90 mil, de momento no resulta porque esa plata tampoco es tan fácil de tenerla a diario, la masa no nos rinde mucho, pero sigue siendo más barato que la harina” aseguró Reyes quien agregó que la compra de este producto se torna aún más difícil por la falta de dinero en efectivo.
Esta alternativa que llegó para solventar las falla de harina preocida, cada vez está más cuesta arriba poder adquirirla. Entre los Bs. 20 mil y 25 mil puede costar un paquete de masa que rinde para un aproximado de 8 arepas dependiendo del tamaño que la hagan.
Esta variación de precios unido a la falta de efectivo ha generado una caída en las ventas hasta en un 80%. Amas de casa que se dedican a la preparación de la masa de maíz pilado, sea blanco o amarillo, narran que en ocasiones han tenido que usar la mercancía para alimentar a su familia y así evitar que se pierda.
Mery Mendoza, una ama de casa que vende masa de maíz, explica que la falta de alimentos también les pasa factura y ante la situación se han tenido que comer la inversión del negocio.
“Antes yo podía vender hasta 15 paquetes de masa, ahora vendo dos y a duras penas porque yo entiendo que la gente no tiene efectivo y andan buscando lo más fácil y que a uno le quede algo de dinero” dijo con preocupación Mendoza mientras miraba la poca mercancía que tiene en su bodega porque señala que la crisis le ha golpeado a tal nivel que ha dejado de vender muchos productos y ha guardado con mucha nostalgia sus estantes.
Mendoza manifestó también su preocupación como ama de casa porque su hijo que es atleta de alto rendimiento ha sufrido desmayos porque por más esfuerzos que hagan “los venezolanos no nos alimentamos bien”.