Abatido alias «El Nolberto» en Sanare

José D. Sequera  | LA PRENSA.- Escondido en su con­cha, Nolberto Jesús Vi­loria Pérez (30), alias “El Nolberto”, murió en un presunto enfrenta­miento contra funcio­narios del Cicpc en el caserío El Timonal, de Sanare, municipio An­drés Eloy Blanco.

Se conoció que des­pués de arduas labores de investigación, miembros del cuerpo detectivesco dieron con el paradero de Viloria quien estaba solicitado desde el 2016 en el esta­do Sucre y tenía dos en­tradas policiales en La­ra por homicidio y le­siones.

Ayer a eso de las 3:30 de la tarde, la “petejota” llegó hasta el callejón El Algarrobo del sector 1 de El Timonal y divisa­ron a “Nolberto”. Este al ver el comando, co­rrió a refugiarse dentro de su casa, por lo que se originó una persecu­ción. En instante inició un intercambio de dispa­ros, en el que el delin­cuente recibió cuatro impactos de bala: dos en el pecho y otros dos en la espalda.

Acabado el enfrenta­miento, los mismos funcionarios lo llevaron hasta un centro asisten­cial, muriendo a los po­cos minutos de ingre­sar. Dentro de la vivienda, el Cicpc pudo incautar una escopeta, calibre 12, marca Cohavenca, serial 18780 y una cáp­sula del mismo calibre. El cadáver del hampón fue llevado en la noche hasta la morgue del Hospital Central Anto­nio María Pineda.

Se espera que hoy, el cuerpo de Nolberto sea entregado a sus familia­res para darle sepultu­ra.

Largo registro

“Nolberto” tenía un amplio registro de deli­tos. Antes de morir en el enfrentamiento, ya tenía tres entradas en el Sistema Integrado de Información Policial (Siipol).
Uno de ellos fue en el estado Sucre en el año 2016, donde estaba siendo solicitado por un Juzgado de Control.

Los otros dos fueron el año pasado aquí en La­ra por homicidio y le­siones. También se conoció que en el 2007, cuando “Nolberto” tenía apenas 19 años y vivía en el ba­
rrio Bolívar de Quíbor, había sido condenado a cinco años, tres meses y diez días de cárcel por el delito de robo agrava­do de vehículo.Un año después, un juez le dio el beneficio de “régimen abierto” por el buen comporta­miento en primer año de condena.