Euseglimar González | LA PRENSA.- José Gregorio Rodríguez Aponte (27) fue asesinado de un disparo en la cara en un hecho ocurrido el martes en la noche dentro de su casa en la avenida Rotaria de Quíbor. Los matones llegaron en una moto, según versión de los vecinos.
A las 10:00 de la noche una detonación se escuchó y de inmediato el motor de una moto. Primeras versiones indican que unos criminales ingresaron a su casa a robar, pero sólo le llevaron el teléfono y un bolso con todas sus pertenencias. Al parecer vivía solo.Relata la hermana de José Gregorio que la mamá estaba llamándolo a cada rato y como él no le contestaba decidieron ir hasta la casa, que quedaba a tres cuadras de la de ella. Cuando les faltaban menos de una cuadra escucharon “pum”.
“Escuchamos el tiro, pero jamás pensamos que era él. Nos regresamos a la casa porque nos dio miedo”, suelta la hermana de José Gregorio. No pasaron ni cinco minutos cuando una vecina les llegó a la casa y les informó que José Gregorio estaba muerto. Desesperadas corrieron hasta la casa y se encontraron con la triste escena. Al joven le dispararon en la cara y la bala salió por la parte de atrás de la cabeza.
Cuentan que el muchacho ya había sido víctima de choros hace un año cuando le robaron su moto. Detallan que él no era de los que se resistía al robo, no saben qué pudo haber pasado esa noche ni porqué lo mataron.
Funcionarios del Cicpc llegaron hasta el sitio del suceso para hacer el levantamiento del cuerpo. Se conoció que aún no tienen el móvil del homicidio. Los familiares estaban destrozados en la morgue del Hospital Central por la pérdida, la hermana se llevaba las manos a la cara y lloraba desconsolada.“Dejamos todo en manos de Dios y también en el hombre. Queremos que se haga justicia por la muerte de José”, dijo en medio del llanto.
El joven trabajaba como técnico de reparación de cámaras de seguridad en Barquisimeto. Era el segundo de tres hermanos y único hijo hombre.