Los primos del «Zorro» fueron abatidos en Cabudare

Euseglimar González| LA PRENSA.- Plomazón con el primer rayito de luz. El “Deiker” y el “Edwinsito” fueron abatidos en un presunto enfrentamiento con fun­cionarios de la GNB el jueves 16 de noviembre en el sector Los Cedros I de Cabudare. Los tipos eran señalados como hampones de los “más duros” de Palavecino.

Además eran primos de el “Zorro”. Cuentan que alrededor de las 6:00 de la mañana se escuchó una detona­ción, pero en cuestiones de segundos escucharon más tiros y contabiliza­ron unos 7 disparos. Re­latan los vecinos que cuando no se escuchó más nada salieron a ver qué estaba pasando.

Vie­ron que en una casa, que está medio construida, habían muchos milita­res, además veían cómo dos chamos eran sacados de la vivienda malheri­dos.

Eran Deiker Pastor Or­tiz Pérez, conocido como el “Deiker” y Edwin Francisco Pérez Benítez (25), quienes supuesta­mente se resistieron a la detención y se cayeron a plomo con los militares.

Los dos chamos cayeron al piso malheridos y fue­ron trasladados hasta el ambulatorio de Cabuda­re, pero fueron ingresa­dos sin signos vitales.Según reporte policial en el sitio incautaron una pistola Pietro Beretta ca­libre 9 milímetros y una granada. La pistola pre­suntamente fue con la que se enfrentaron.

Vecinos de la zona con­taron que la casa donde fueron abatidos los pri­mos era usada como la “concha” de ellos. Se conoció por fuentes del Cicpc que el “Deiker” estaba solicitado por un homicidio perpetrado en diciembre del año pasa­do. Con él actuaron cua­tro tipos más.

Apellido es la muerte

Familiares de los pri­mos estaban en la mañana en el sitio en donde fueron abatidos. Con impotencia y lloran­do aseguraban que no fue un “enfrentamien­to”. “Sólo por llevar el apellido Meléndez o Pérez ya son sentenciados.

Ellos eran unos mucha­chos tranquilos y trabaja­dores”, soltó Yajaira Pé­rez, tía de ellos. Los dos chamos eran primos del “Zorro”. La información que te­nían los familiares sobre la muerte de los mucha­chos fue la que le conta­ron los vecinos, pues de­nunciaron que los milita­res no los dejaron acercarse hasta la casa en donde resultaron heri­dos los chamos.