Anny Giménez | LA PRENSA.- El kilo de carne a Bs. 49 mil es un espejismo. Y es que los carniceros se ven obligados a comprar los diferentes cortes de primera, cuyo precio al público asciende a Bs. 62 mil el kilo, porque el producto a precio regulado no es distribuido.
Marilyn Unda, representante del sector cárnico en Lara, explica que los distribuidores le han ofrecido la carne en Bs. 35 mil el kilo y eso no les permite obtener ganancias. “Quienes en la actualidad han comprado carne lo hacen a riesgo de que les llegue una inspección, pero no todos se atreven”, destaca Unda.
Comenta que los ganaderos se niegan a vender la carne a Bs. 18 mil y 20 mil a puerta de corral, lo que hace más complicada la distribución. Unda destaca que no es en las carnicerías donde se deben hacer las inspecciones y regularizaciones sino en toda la cadena de producción y distribución.
Ante la diferencia de precios y el riesgo de ser multados por a Sundde, hay frigoríficos que sólo están ofreciendo huesos, panza picada y cortes de marrano, lo que ha obligado a muchos guaros a ingeniárselas a la hora de cocinar.
Carmen González, una larense que buscaba comprar bistec, comenta que sólo pudo comprar huesos para sopa porque la carne que hay es de la más cara y su presupuesto no se ajusta.
José Gerardo Mendoza, directivo vitalicio de Fedenaga a nivel nacional, explica que la escasez de carne en el país es producto de las políticas erradas que se han implementado porque ya los costos para la producción en la ganadería están por las nubes.
“Una vacuna pasó de costar Bs. 13 mil a Bs. 59 mil, un obrero por 4 horas de trabajo cobra Bs. 20 mil. Todo eso debe ser tomado en cuenta al momento de vender las reses”.