Anaís Mendoza | LA PRENSA.- A Jarol Enrique Sangroni de 19 años le dispararon en el tórax, cuando estaba en un “achante”, cerca de su casa.
El señor Ramón Sangroni estaba sentado en un banco que está a las afueras de la morgue. El abuelo esperaba que le entregaran el cuerpo de su hijo quien fue asesinado la madrugada de ayer en el sector Negra Matea, en Tierra Negra.
Jarol llegó a la casa de su mamá, a las 12:00 de la madruga de ayer. Trabajaba en el Palacio de Las Hamburguesas, el transporte lo dejó en su casa, saludó a su mamá se bañó y se fue a la calle, comentó un prima del chamo.
La madre le dijo que se acostara a dormir, pero Jarol no le hizo caso y se fue para la fiesta. Eran casi la 1:00 de la mañana. Jarol conversaba con unos conocidos, cuando llegaron dos hombres, uno lo entretuvo mientras que otro llegó de frente y a quemarropa le dio un tiro en el pecho delante de las personas.
Los hombres se fueron, del lugar y Jarol fue llevado al Hospital Militar pero ingresó sin vida. Su padre un señor de 76 años, lo aconsejaba para que no saliera a la casa cuando llegaba de trabajar.
“Ese era mi muchachito el único que me acompañaba, yo vivo solito ese era mi toñeco el que estaba pendiente de mí, me duele tanto”, decía llorando el señor.
Se conoció que supuestamente Jarol, le debía un dinero a uno de sus atacantes y por eso lo mataron en la fiesta; al parecer lo estaban persiguiendo y lo sorprendieron.
Jarol era el menor de tres hermanos.