Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La humedad y fuerte brisa es una bomba de tiempo para los vecinos de la calle 16 con la carrera 21 de Barquisimeto en plena esquina. Allí está una casa colonial que empezó a derrumbarse y familias cercanas temen que la situación se agrave, se desplome y cause daños a algún transeúnte o siga propiciando alergias e infecciones respiratorias.
El peligro ha estado presente en el transcurso de este año, porque la infraestructura se empezó como a desmoronar como si se tratara de una galleta ante la falta de restauración de esta edificación colonial. Pero el miedo volvió a instalarse luego de la lluvia de la tarde del domingo y que estuvo acompañada por fuertes vientos, ocasionando la pérdida del techo de esta casona amarilla y de amplios ventanales. El techo se fue a lo interno, pero el borde de sus gruesas paredes de tierra empezaron a caer, dejando mayor acumulación de escombros en la acera y en la calle.
También señala que su madre empieza a sentir malestar por alergia debido al polvo removido y que la brisa lleva directo a su casa ese aire contaminado. «Algunos vecinos tuvimos que remover los escombros, porque nadie se ocupó de eso y entonces los arrimamos hacia la acera», dice de un tramo totalmente obstruido para el paso peatonal.
Isis Henríquez es otra de las afectadas y reclama que funcionarios de bomberos pusieron una cinta amarilla de seguridad, pero cuestiona que la misma ha perdido hasta el color, tal como se debilita esta edificación. «Eso fue aproximadamente hace un año, pero todo el tiempo que transcurre y si los dueños no actúan las autoridades deberían tomar cartas en este asunto», precisa ante el inevitable desplome de la casona a corto plazo.
Los vecinos se mantienen en alerta y rogando que otro desplome de las paredes no implique víctimas por estos escombros tan pesados.