Ana Uzcátegui& ;| LA PRENSA DE LARA.-& ;Con gran júbilo, devotos de la religión católica de los estados Lara y Portuguesa vivieron la ordenación episcopal de monseñor, Owaldo Enrique Araque Valero, quien desde el 12 de mayo de este año fue ordenado por el papa Francisco para presidir la Diócesis de Guanare. Este sábado 1º de julio, también tomó posesión de la Basílica Menor Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto.
Desde las 4:00 de la madrugada comenzaron a llegar más de 60 autobuses repletos de peregrinos que viajaron desde todas las parroquias católicas de Barquisimeto hasta el santuario, ubicado en el lugar donde por segunda vez apareció la madre de Dios en suelo venezolano. Iban con franelas que identificaban el movimiento católico al que pertenecían. Algunos llevaron pancartas con la frase: «Felicitamos a monseñor, un humilde servidor de Dios». Como una manera de festejar su nuevo ascenso en el ministerio sacerdotal, ahora como máxima autoridad de la iglesia en Guanare.
A monseñor los fieles de Barquisimeto lo ven como un amigo cercano, porque aunque sintió el llamado de Dios en su ciudad natal, Mérida, fue en la capital larense donde tuvo un trabajo sacerdotal y misionero por más de 27 años. Por eso, los fieles de la Asociación Comunidad Misionera Alegría y Esperanza, los católicos de la parroquia Sagrada Familia de Nazareth, de El Tostao o de la iglesia Divina Misericordia, en Tarabana, municipio Palavecino, donde fue párroco por varios años lo consideran un hermano. Araque también se destacó desde 2008 como Vicario General de la Arquidiócesis de Barquisimeto, caracterizándose por ser muy diligente en su trabajo, amable, cercano y siempre dispuesto a enseñar, dirigir espiritualmente y ayudar a las necesidades de las comunidades.
Monseñor, Víctor Hugo Basabe, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, fue quien guio& ;el rito de ordenación. En su discurso destacó la importancia del misterio de la vocación. «Siempre es Dios el que toma la iniciativa. Es él el que llama, el que escoge y el elegido no lo está desde la casualidad. Dios lo conoce desde antes de formarse en el vientre materno…No es cuestión de capacidad, es cuestión de gracia. Por gracia somos llamados, por pura gracia somos escogidos y por esa misma gracia somos consagrados y capacitados», exclamó haciendo referencia a que no por casualidad Araque fue designado uno de los pastores del Señor en suelo santo y llanero.
El momento más emotivo del ritual religioso fue cuando el nuevo monseñor se postró en el piso, mientras sacerdotes y el episcopado mirando al altar mayor cantaban las letanías, pidiendo a todos los santos que están en la presencia de Dios Padre, Hijo, y Espíritu Santo que auxilien al nuevo obispo de Guanare en la tarea de conducir al rebaño por el camino del bien.
Seguidamente, Araque se colocó de rodillas y cada uno de los 20 obispos pasó a imponer sus manos sobre su cabeza. Es la simbología que representa que cada uno le transmitió el poder del Espíritu Santo. Luego monseñor Basabe ungió la cabeza del ordenado y le fueron entregadas las insignias episcopales: el anillo, que expresa su fidelidad a la iglesia. La mitra (gorro que termina en dos puntas) que manifiesta el deseo de alcanzar la santidad, y el báculo pastoral (bastón), que significa su misión de gobernar la iglesia que se le ha confiado.
La algarabía no se hizo esperar, una multitud vivió con lágrimas en los ojos este evento, donde un hombre se comprometió a entregar la vida sin reserva al servicio de su iglesia como ministro de Cristo en la tierra.
Siempre misionero
Tras cumplir con el ritual de ordenación, monseñor Owaldo Araque ofició la misa donde participaron más de 2.500 personas y en el momento de consagrar el cuerpo y la sangre de Cristo sonó el himno nacional de Venezuela como señal de que este país es el único en el mundo que está consagrado al santísimo sacramento del altar desde 1899.