Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Como si se estuviese en El Tocuyo, así se sentían los presentes al escuchar tamunangue y comer los pancitos de San Antonio de Padua. En la urbanización Chucho Briceño de Palavecino le rindieron honores al santo con los sones y una eucaristía.
Maximiliano Pérez, caficultor, año tras año ha llevado su devoción por San Antonio de Padua hasta el punto que por 30 años le ha rendido honores en su casa, que la ha convertido en un rinconcito de El Tocuyo, pero en el municipio Jiménez.
Pérez recordó a su padre como un fiel devoto de San Antonio y que con la misma fe él le pide por una Venezuela libre.
«Por 30 años he tenido la celebración de San Antonio en mi casa. Cada año invito a mis amigos y ellos invitan a sus amigos y así formamos la parranda del tamunangue«, sostuvo Pérez.
Este sábado varias personas se unieron a la celebración.